Así recuerda la Gaceta UNAM la matanza del 2 de octubre en Tlatelolco

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Las revueltas en el mundo durante 1968 tuvieron un eco sangriento en México, con una protesta que fue violentamente aplastada por el gobierno el 2 de octubre en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco.

Diez días antes de los Juegos Olímpicos que se celebraron en México, miles de manifestantes se congregaron para una serie de protestas estudiantiles que se habían iniciado hacía poco más de dos meses contra el régimen, de forma específica en contra de la violencia ejercida contra estudiantes y presos políticos.

La Gaceta UNAM, en su edición especial a 50 años de la matanza de Tlatelolco, relata como Gilberto Guevara Niebla, Luis González de Alba y Anselmo Muñoz, portavoces del Consejo Nacional de Huelga, se reunieron por primera vez en la casa del rector Javier Barros Sierra, con Andrés Caso y Jorge de la Vega Domínguez, representantes presidenciales, para poder llegar a un acuerdo respecto a las protestas. Protesta además la sesión del CNH en el que los integrantes de dicha comisión expresan avances en las negociaciones.

“El CNH resuelve que esa tarde sí se realizará el mitin en la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco, pero se suspenderá la manifestación final hacia el Casco de Santo Tomás, todavía ocupado por el Ejército, por considerarla peligrosa”, precisa la Gaceta UNAM.

“Bajo un cielo nublado, el mitin da comienzo. Unas 10 mil personas llenan la Plaza de las Tres Culturas. La multitud está conformada no sólo por estudiantes, sino también por padres de familia, niños, vecinos, vendedores ambulantes y curiosos”, relata.

Durante el mitin, a las 18:10 horas, anota en su relato la Gaceta UNAM, después de que dos oradores ya han hablado y se ha avisado a la multitud que la manifestación hacia el Casco de Santo Tomás se canceló, de uno de los dos helicópteros que han estado sobrevolando la plaza caen dos luces de Bengala –una verde y otra roja– junto a la iglesia de Santiago Tlatelolco.

“Sócrates Amado Campos Lemus, uno de los líderes del CNH, le arrebata el micrófono a Anselmo Muñoz, y grita: ‘¡Calma, compañeros, no corran, es una provocación!’, pero un instante más tarde se oyen detonaciones de arma de fuego…”, relata la Gaceta.

“La multitud, aterrorizada, empieza a dispersarse y a correr en todas direcciones, al tiempo que los soldados suben las escalinatas de las ruinas (otros salen también de la parte inferior del edificio Chihuahua) y llegan a la plaza, donde intentan cercar a la gente”.

Continúa la crónica de la Gaceta UNAM precisando que todos “dispersarse y a correr en todas direcciones, al tiempo que los soldados suben las escalinatas de las ruinas (otros salen también de la parte inferior del edificio Chihuahua) y llegan a la plaza, donde intentan cercar a la gente. De pronto, los soldados comienzan a ponerse pecho a tierra y a disparar hacia la multitud y hacia los edificios que rodean la plaza”.

Fue en aquel momento en que jóvenes vestidos de civil y con un guante o pañuelo blanco en la mano izquierda –que integran el Batallón Olimpia, grupo paramilitar destinado a labores de seguridad durante la próxima Olimpiada y que llegaron a Tlatelolco en la mañana–disparan hacia la plaza apostados en la azotea de los edificios”, precisa la publicación universitaria.

Los manifestantes buscan entonces resguardarse entre las ruinas o dentro de la iglesia de Santiago Tlatelolco, pero nadie les abre, por lo buscan huir entre los pasillos de la unidad habitacional, así como buscar resguardarse en los departamentos.

“Poco a poco, algunos integrantes del Batallón Olimpia, auxiliados por elementos del Ejército, de la Dirección Federal de Seguridad, de la Policía Judicial Federal y del Servicio Secreto, bajan por las escaleras a los que detuvieron en el tercer piso del edificio Chihuahua y, luego de obligarlos a quitarse los pantalones y la camisa, los colocan frente a las paredes de la planta baja, con los brazos en alto”, precisa la publicación conmemorativa.

El director de prensa y relaciones públicas de la Presidencia, ofreció una conferencia ante medios extranjeros a la media noche para “declarar extraoficialmente” que el saldo de contienda fue de 20 muertos, 75 heridos y 400 detenidos, todo ello con el fin de “acabar con el foco de agitación” previo a los Juegos Olímpicos.

La Gaceta de la UNAM concluye explicando que aquel día el secretario de Gobernación, Luis Echeverría, dijo que el diálogo con el Comité Nacional de Huelga quedó establecido una vez que el presidente Díaz Ordaz contestó los seis puntos del pliego petitorio en su IV informe. “La situación en México equivale a realidades complejas respecto a las cuales nosotros mismos tenemos que hacer minuciosas reflexiones y análisis” dijo Echeverría en aquel entonces.

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