Grupos criminales han efectuado, desde 2013 a la fecha, 540 agresiones contra personal de Petróleos Mexicanos (Pemex) dedicado a vigilar los ductos de la empresa y a cerrar las perforaciones ilegales.
De los costos asociados al robo de combustibles, uno genera serias preocupaciones al gobierno federal: las tomas clandestinas se están ejecutando cada vez con mayor violencia contra los trabajadores.
Información de la Subdirección de Salvaguarda Estratégica de Pemex advierte que el problema ha llegado a tal grado que, entre 2017 y 2018, hasta 17 de cada 100 empleados dedicados a vigilar los ductos fueron agredidos por huachicoleros.
El número de trabajadores agredidos aumentó de cuatro en 2013 a 162 en 2018, aunque en 2017 se registraron 207 agresiones. Al primer bimestre de 2019 hubo 23 ataques.
Según empleados de Pemex, el modus operandi de los delincuentes es llegar en grupos de 10 y hasta 15 elementos armados en camionetas a los lugares donde detectan personal de Pemex para someterlo o agredirlo. Los amenazan para que se vayan mientras ellos sustraen el combustible. “Si no responden a las amenazas son golpeados o privados de su libertad por cuatro o hasta cinco horas”, reveló un funcionario consultado.
Pemex no respondió a una solicitud de información sobre si alguno de sus trabajadores había perdido la vida a manos de huachicoleros.
Aunque se han registrado ataques en 21 estados, en 2018 donde hubo más fue en Tabasco, con 42, seguido por Puebla con 21 y Sinaloa con 18.