Mientras junta las firmas para conformar Libre, el nuevo partido de derecha en México, Felipe Calderón analiza cómo explotar su imagen desde una posición más potente. En su entorno comentan que en las últimas semanas abrió a debate la posibilidad de presentarse como candidato a diputado federal en las elecciones de 2021.

La duda de Calderón gira en torno a la larga tradición del sistema político mexicano del retiro presidencial, que en rigor se repite en varios países. Con matices, tanto Zedillo, Salinas de Gortari, como Fox e incluso Peña Nieto han pasado a una suerte retiro.

«Tampoco hay que aferrarse a las tradiciones porque la política es dinámica. Con la reforma política, por ejemplo, se rompió la obsesión mexicana de la no reelección para todos los cargos», explicó uno de los hombres que conversa con el ex mandatario.

El espejo de Calderón para este proyecto es Álvaro Uribe, el ex mandatario colombiano que sigue en un rol muy activo en la vida política de ese país, más allá de la afinidad ideológica que los hermana especialmente en el combate abierto al narco y a la insurgencia de la guerrilla, respectivamente.

Una vez que terminó su encargo como Presidente, Uribe apoyó a Juan Manuel Santos como su sucesor. Poco tiempo después, esa alianza se rompió y Uribe creó el Partido Centro Democrático, nueva plataforma que le sirvió para llegar al Senado.

Uribe fue uno de los principales opositores al acuerdo de paz con las FARC impulsado por Santo. Y más tarde lograría impulsar la candidatura de Ivan Duque, uno de sus históricos asesores que luego compartiría banca en el Senado.

«Calderón aprendió con la candidatura independiente de Margarita. Sin los recursos del partido es imposible. Primero hay que crear un partido, luego tener una figura fuerte en el Congreso, y desde allí construir un candidato presidencial», resumió la misma fuente.

El matrimonio asegura que las firmas para Libre se conseguirán, porque es un proceso más sencillo que el de 2018. Todavía no queda claro si Margarita seguirá siendo la figura más visible de esta ruta o acaso busquen a una figura más fresca y joven para ir construyendo hacia 2024.

Como Ricardo Anaya -que piensa en volver a San Lázaro para reactivar su carrera-, Calderón también cree que la 4T -con sus magros resultados económicos, pero también en materia en seguridad- le daría una oportunidad para hacer contraste.