Hola:
Te escribo como podría hacerlo para alguno de mis hijos, concretamente Adolfo; tú seguramente no sabes quién es; Adolfo es mi hijo menor y ésta será su primera elección.
Te escribo —y le escribo a él— intentando hacer una reflexión conjunta. De entrada, sé que tú cuentas con más información que yo; sé que, posiblemente a diferencia mía —quien apenas sí puede con el Facebook y el WhatsApp—, tienes acceso a mayor número de redes sociales y te desenvuelves como pez en el agua en la web; pese a ello, ésa no es garantía de nada: es posible vivir en una biblioteca sin jamás abrir un libro.
Te escribo preocupado de la decisión que tomes el próximo 1.º de julio; no sé si estás consciente —creo que sí—, pero ésta será una elección muy importante para México.
No exagero si te digo que está en juego mucho más que los 3 mil 326 cargos de elección popular en pugna a nivel nacional; no señor, es mucho más importante que todo eso: estamos hablando del próximo medio siglo de vida del país.
Sí, aunque no lo creas, ésta no es como otras elecciones en donde, para bien o para mal, sabemos que es un asunto de seis años al término de los cuales el balance nos diría cómo nos fue; esta vez no es igual: uno de los candidatos más fuertes, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), no es un político de izquierda cualquiera; se trata de un populista, nacido y criado en el PRI, con vínculos ideológicos arraigados en un oscuro pasado que tú, por razones de edad, ni siquiera intuyes.
Me adelanto, sí, esta es una carta que no intenta ser objetiva. Después del hacer el ejercicio que te propongo, estoy convencido de que terminarás por reconocer que AMLO es un populista de izquierda, expriísta, mentiroso, obsesionado con ser Presidente de la República y capaz de aliarse con cualquiera, por corrupto o incompetente que sea, con tal de llegar al poder.
No sé qué tan informado estás de lo que ha ocurrido en el país en el último medio siglo, sería pretencioso de mi parte —y muy posiblemente parcial e inexacto—, tratar de resumirlo, pero sí te puedo pedir que trates, en estos días que faltan, de informarte lo más posible de quién es AMLO, qué ha hecho, qué dice y qué propone.
Permíteme brindarte un consejo: no empieces por compararlo con los otros contendientes sobre la base de lo que se dice de todos ellos. En este momento, esas redes, de las que ya hablaba, están congestionadas de información falsa; tristemente, los mexicanos hemos hecho de esta elección un gran saco de excremento y lo hemos puesto frente al ventilador; no te fíes, pues, de lo que dice cada cual del otro —resultaría inútil— o en lo que “informan” los medios.
Busca las entrevistas que han dado (Tercer Grado, Milenio, etc.) y los debates que hayan sostenidos entre ellos. Dedica algunas horas a verlos, a escucharlos; medita sus respuestas; compara sus dichos de hace una semana, de hace un mes, de hace un año, de hace diez; busca las inconsistencias de su discurso, sus falsedades, sus contradicciones, sus titubeos.
No te dejes influir por opiniones ajenas; fórmate la propia; si algo no entiendes consúltalo tú mismo. Olvídate de lo que te dicen, analiza y luego reflexiona sobre lo que TÚ has visto y escuchado. Entiende que, de no hacerlo, estarás poniendo en riesgo tu futuro.
Sin más por el momento, quedo tuyo