Aquí alguna vez estuvo María Félix acompañada de su Flaco de Oro, Agustín Lara. También vino Cantinflas. Y en general, al Circo Atayde ha acudido tanto la crema y nata como lo más populoso de la sociedad.
Esa era se ha acabado. El último lugar donde se presentó el Circo Atayde, la Carpa Astros, ha desaparecido. El terreno en la avenida Tlalpan, perteneciente a la familia Atayde y que en los últimos tres años sirvió también como centro de espectáculos, está hoy vacío.
Aunque se especularon muchas razones por las cuales la carpa dejó de existir, Celeste Atayde, directora de mercadotecnia de la empresa circense, explicó que fue una decisión familiar.
Sin embargo, esto no quiere decir que el circo dejará de existir.
“Yo creo que toda empresa, sobre todo las familiares, tienden a transformarse mucho más rápido para responder a los cambios externos. Se empiezan a involucrar las nuevas generaciones de la familia y la visión de cada generación ha sido diferente y nosotros no somos la excepción. Para que la empresa misma pudiera satisfacer todos los intereses personales, se decidió que el terreno de Carpa Astros, que no es lo mismo que Circo Atayde, dejara de existir”, indicó Celeste.
“Precisamente con esta diferencia de visión e intereses dentro de la familia, cada uno de los Atayde empieza a ver sus propios horizontes y nuevos proyectos. La imagen de la empresa ha sido mi papá, que es Alberto Atayde, conocido como la personalidad circense de México. Nosotros continuaremos con el legado del Circo Atayde ya sea en carpa o en teatros, de manera que este legado tan importante no se muera”, dijo la hija de Alberto, para quien la vena artística de la familia seguirá por muchos años más.
Sin querer entrar en detalles, Celeste añadió que será en los próximos meses que darán a conocer el nuevo giro que tendrá el número 855 de Tlalpan.
“Ese terreno lo adquirió la familia Atayde en el año de 1954, la carpa como tal empezó a trabajar en los años 80 y se creó precisamente porque como teníamos la exclusividad (del circo) para presentarnos en la Arena México, no nos permitían presentarnos en ningún inmueble que no fuera ahí. El concepto de Carpa Astros se creó entonces para presentar distintos espectáculos sin comprometer la exclusividad”.
Esa es la parte de la historia del Atayde que se ha terminado, la del predio que se hizo famoso con la frase “¡vamos, vamos, vamos, al Circo Atayde hermanos!”
“Ya no va a existir Carpa Astros como la conocemos hoy. Será otra cosa, en otra dirección diferente”.
El destino de los animales. En 2015 fue aprobada la Ley para la celebración de espectáculos en la capital, pero eso no fue un impedimento para que el Circo Atayde buscara renovarse y así seguir en el gusto del público. Si bien esta ley obligó a todos los circos de la ciudad a prescindir del uso de los animales en sus espectáculos, los Atayde apostaron por el talento humano pero sin abandonar las especies que trabajaban con ellos. Celeste Atayde explicó cómo buscaron ajustar el espectáculo que ofrecía el circo para seguir llegando a otras generaciones, pero también habló del festejo por el 130 aniversario y cómo ha sido lidiar con el hecho de que los animales que estuvieron con ellos por muchos años ahora vivan en un zoológico.
“Por supuesto que la ley nos pegó. No tanto como a otros compañeros de circo porque la participación de los animales en nuestro espectáculo era de dos o tres actos, a comparación de otros compañeros que el 80% de su función eran actos de animales. Para nosotros sustituir tres actos con talento humano realmente no representó un esfuerzo ni sacrificio”, recordó.
Para su suerte y por las buenas relaciones que han tenido con otros empresarios, los animales que formaron parte del circo encontraron una nueva casa con las condiciones idóneas para sus cuidados.
“Tuvimos la fortuna de que el zoológico de Zacango, en el Estado de México, nos compró a los animales. Son animales que estuvieron con nosotros desde que estaban pequeñitos hasta que tuvieron más de 65 años, nos siguen permitiendo ir a ver a nuestros compañeros de trabajo, nosotros así los vemos, y siempre nos da mucho gusto ir a visitarlos y nos recuerdan, nos reciben con mucho cariño”.