El feminicidio en el Estado de México alcanza a niñas como Giselle, de 11 años de edad, quien este mes sólo esperaba encontrarse con su padre pero fue desaparecida y hallada asesinada en un paraje del municipio de Ixtapaluca. Cada vez son más los desconcertantes casos de desconocidos, vecinos o padres que están asesinando a las niñas mexiquenses.
Sólo de 2012 a 2016 se tienen registradas en el Estado de México 166 Defunciones Femeninas con Presunción de Homicidio (DFPH) de niñas entre 0 a 14 años de edad, según cifras que recopiló Cimacnoticias por medio de las Estadísticas Vitales de Mortalidad del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Una fuente confiable en comparación con las que reportan las autoridades de justicia, porque se construye a partir de los certificados de actas de defunción de la Secretaría de Salud (SS). Según las características que halla el personal médico forense, legista u otro personal autorizado, se asienta la presunción de un asesinato, Defunciones Femeninas con Presunción de Homicidio, se denominan.
A partir de estos datos el año pasado Cimacnoticias realizó una investigación sobre el feminicidio infantil en México, encontrando que de 2012 a 2016 –último año de cifras disponibles– hubo 821 DFPH de niñas entre los 0 a los 14 años en todo el país.
Se puede conjeturar cuántos de estos asesinatos pueden entrar en la categoría de un feminicidio por los modos en los que se cometió el crimen. Aunque en un 30 por ciento de los 821 asesinatos de niñas no se especificó la causa de su defunción, en los que sí se puntualizó, un 25 por cierto fueron asesinadas por un disparo con arma de fuego, es decir, 202 niñas.
El feminicidio infantil es visible también por los extremos modos y ensañamiento con el que asesinan a las niñas; la segunda razón de las defunciones, que corresponde al 19 por ciento de los casos (159 en total), fue por ahorcamiento, estrangulamiento o sofocación, seguida del uso de objetos punzocortantes o sin filo en 102 casos (12 por ciento), y en 22 casos las niñas fueron ahogadas (3 por cierto).
De las 32 entidades federativas el Estado de México es la que está al frente en los asesinatos de niñas: 20 por ciento de las 821 DFPH fueron cometidos ahí, lo que se traduce en 166 niñas a las que les arrebataron la vida.
HISTORIAS DE HORROR
Las historias en el Edomex que revuelan en los medios de comunicación de niñas que salieron a la tienda, fueron asesinadas en sus hogares por sus padres o raptadas por un desconocido cuando se encontraban solas en la calle, han generado la rabia de la sociedad mexiquense por tratarse de personas completamente vulnerables y la inacción e insensibilidad de las autoridades.
Giselle Garrido Cruz, una niña de 11 años de edad, fue la última víctima de esta violencia sistemática que atraviesa a las mexiquenses. Su familia reportó su desaparición el 19 de enero en la colonia San Lorenzo del municipio de Chimalhuacán. Giselle había acudido a un café internet para comunicarse con su padre y acordar un punto para reunirse, pero no logró acudir a la cita.
Después de una semana, tiempo durante el cual la que familia salió a las calles de Chimalhuacán a clamar a las autoridades que encontrarán a Giselle y la regresarán a salvo a su hogar, el domingo 27 de enero les informaron que su cuerpo fue hallado en un paraje del municipio de Ixtapaluca. Tres días después la Fiscalía de Justicia del Estado de México reportó que detuvieron a Roberto “N” de 51 años de edad, dueño del café internet al que acudió la niña. Hasta ahora él es el presunto responsable de asesinarla.
Hasta el momento las autoridades mexiquenses no han dado más datos de la investigación que emprendió para hallar a Giselle o las pruebas que le permitieron llegar hasta el hombre que presuntamente la asesino. Su familia ha denunciado –como ocurre en la mayoría de los casos– que tardaron 24 horas en emitir la ficha de búsqueda a pesar que los protocolos por desaparición de mujeres se deben emprender acciones inmediatas.
Desafortunadamente el asesinato de Giselle es parte una serie de casos de feminicidio infantil que han salido a la luz pública en los últimos años en el Edomex.
En 2017 causó indignación y protestas por los vecinos de Nezahualcóyotl el asesinato de Valeria Gutiérrez Ortiz, una niña de 11 años edad que abordó una combi para ir a su casa, pero fue privada de la libertad, violada y asesinada por el conductor del transporte público. Su caso quedó en la impunidad pues según la autoridad el feminicida cometió suicidio en el penal en el que se encontraba detenido antes siquiera de que comenzara el juicio en su contra. El caso tampoco fue aclarado por la Fiscalía del Edomex.
Meses antes el cuerpo sin vida de una niña de 4 años de edad fue hallado en un lote baldío en la Avenida Bordo de Xochiaca. Su identidad se mantuvo desconocida por cerca de un año hasta que una de sus tías la reconoció por una campaña que emprendieron activistas en redes sociales para hallar a su familia. Tras el reconocimiento del cuerpo y las indagaciones la Fiscalía encontró que Guadalupe, como se llamaba la niña, fue asesinada y violada por su padrastro en complicidad con su madre.
Según información que dio la Fiscalía de Justicia del Edomex a esta agencia por una solicitud de información tienen contados sólo 9 casos de feminicidio de niñas desde un año y cuatro meses de edad hasta 14 años de edad, de 2015 a enero de 2018.
No obstante que esta agencia le requirió a la Fiscalía mexiquense datos de feminicidio infantil desde 2012 pues un año antes se tipificó el delito en el Código Penal local, replicó sólo tener datos a partir de 2015. Además, respecto a los asesinatos de niñas que calificó como homicidios, dijo no tener las cifras porque no los desagregan por sexo ni edad.
¿Y EL ESTADO?
Tras conocerse los desafortunados hechos del feminicidio de Giselle, en las conferencias matutinas que realiza el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, se le pidió su opinión en el caso y su plan para atender un problema que cobra diariamente la vida de nueve mujeres.
El mandatario, a quien poco se le ha escuchado abundar sobre el feminicidio o constantemente lo equipara a los homicidios, únicamente refirió que causan mucho dolor casos como el de Giselle, pero cree que deben “mejoren las condiciones de vida y de trabajo, que haya empleo, que haya ingresos, que se detenga el grave problema de la desintegración familiar”.
Sin embargo los asesinatos de niñas en el Edomex no se tratan de casos aislados son parte de una violencia estructural que viven las mujeres en México, y en territorio mexiquense, la problemática se viene registrando desde que se cometían los mismos crímenes de odio contra las mujeres en los años noventa en Ciudad Juárez Chihuahua.
Basta recordar que la antropóloga feminista Marcela Lagarde e impulsora del tipo penal de feminicidio en México, cuando coordinó la investigación “Violencia Feminicida en la República mexicana”, explicó el contexto de la entidad mexiquense y encontró que en 2004 fueron asesinadas 89 mujeres y niñas en la entidad. Desde entonces hizo recomendaciones para atender la problemática.
En los últimos años las organizaciones civiles han señalo a las autoridades el peligro inminente en el que se encuentran viviendo las mexiquenses pues cada vez los casos hacen recordar el fenómeno ocurrido en Ciudad Juárez: cuerpos encontrados en lotes baldíos, basureros, aguas negras, o mujeres asesinadas dentro de sus hogares.
El caso de un feminicida serial confeso en Ecatepec, Juan Carlos “N”, que salió a la luz el año pasado, terminó por reafirmar la urgencia de atender el problema, pues aunque el Edomex tenga la Alerta de Violencia de Género en 11 municipios y este en proceso de tener otra por las desapariciones de mujeres, los casos se mantienen y agudizan hasta alcanzar a las niñas.
Sólo en 2017 según el Inegi unas 462 mujeres fueron asesinadas en territorio mexiquense.