El congreso de Chihuahua abre foros y consultas para la reforma electoral……cinco minutos antes de vencer los plazos perentorios.
La reelección de diputados, alcaldes, regidores y síndicos está a la vuelta de la esquina, por eso los diputados andan apurados. Lo simpático del asunto es que convocaron a la ciudadanía para que participe con propuestas; claro, como se trata de adornarlo y legitimarlo, pero no de un real involucramiento de la sociedad, ya que dicha invitación apenas si alcanzó un par de decibeles.
El pretexto de la legislatura anterior para conceder la reelección y alargar el período otros tres años de los diputados locales y los 67 ayuntamientos, fue la de empatar las elecciones de Chihuahua con las federales y, disminuir el costo de la democracia. Ajá.
Las comisiones responsables de recoger las propuestas ciudadanas harán un pequeño recorrido por cinco o seis ciudades de la entidad; vaya, para taparle el ojo al macho. Lo lamentable de esto es que tratándose de un tema en el que debería dársele tiempo y difusión suficiente para que haya una verdadera participación social, en la que se registre lo que quiere el ciudadano, apenas será agotado en un par de semanas y sin el eco requerido, porque ese el objetivo: que nadie se entere y solo participen los partidos políticos locales beneficiarios de la mentada reforma electoral.
Tan es una simulación que las únicas preocupaciones que sobresalen, ¿de quién?, atinó usted; es que se reglamenten los tiempos para auto otorgarse licencia y salir a buscar el voto que les alargue la beca por tres años más.
Por lo pronto a las comisiones unidas encargadas de recopilar las propuestas ya les restregaron las exigencias más sentidas que han sido ignoradas una y otra vez. Entre otras, se trata de la disminución del número de diputados, la reducción de las prerrogativas a los partidos políticos, la consolidación de un porcentaje real para acceder a las plurinominales y a las prerrogativas, la de terminar con la duplicidad de funciones de los órganos electorales, abatir la discriminación a las candidaturas independientes y la de otorgarles representatividad territorial a los regidores.
Dicho de manera más clara, los legisladores que son jueces y serán parte del proceso electoral del próximo año, tienen el monumental dilema de elegir entre hacer a un lado sus ambiciones personales y partidistas, o dar paso a una profunda y necesaria reforma electoral que recoja los sentimientos de los chihuahuenses.
No es casualidad, entonces, que la sociedad y los electores que cada vez acuden en menor porcentaje a las urnas, desconfíen de sus representantes populares, particularmente de los diputados, porque en la realidad solo obedecen los designios del gobernador en turno y entregan cuentas exclusivamente a las dirigencias de sus respectivos partidos, a las pandillas internas y a las tribus dominantes.
Anoto lo anterior porque en gran medida estas razones influirán en el sentido de los votos. Ojalá me equivoque, pero de suceder lo contrario, seré el primero en reconocer al congreso del estado de Chihuahua como punta de lanza en materia de legislación electoral y democracia a nivel nacional. Contaríamos con la primera legislación que abrace los sentimientos de los chihuahuenses.
Y como no quiero pecar de pesimista, voy a soñar en los siguientes tres párrafos. Voy a imaginar que los diputados locales del congreso de Chihuahua fueron tocados por la ética política y la medianía republicana.
Estoy ya en el 31 de agosto del año en curso, fecha límite para aprobar la reforma. Veo a los honestos legisladores reduciendo el número de diputados plurinominales a cinco, para dejar el congreso en 27; no se necesitan más. Exigen un mínimo del 5% del porcentaje de la votación emitida para acceder a las diputaciones plurinominales, de prelación y a las prerrogativas. Desaparecen el Organismo Público Electoral (OPLE) y el Tribunal Estatal Electoral de Chihuahua.
Sigo soñando. Se limita acceder a las diputaciones de lista, es decir, las plurinominales, a una sola ocasión; ningún familiar consanguíneo o político hasta el cuarto grado de quien ocupe esa posición en la siguiente legislatura podrá hacerlo sino hasta dos legislaturas posteriores. En año no electoral ningún organismo político podrá recibir recursos públicos; cuando sea el caso, las prerrogativas no deberán exceder de un peso por voto recibido y multiplicado por 365 días; es decir, el que obtenga cien mil votos, recibirá 100 mil pesos mensuales por los tres años siguientes, siempre y cuando obtengan la votación mínima del 5%. Todos los partidos políticos con registro están obligados a detallar en su página de transparencia el destino del 100% del dinero público recibido, en la inteligencia que de no hacerlo será causal suficiente para perder el registro.