No se sabe con exactitud en qué momento se empezó a domesticar el huevo, pero la práctica se hizo muy popular en Europa, Australia y posteriormente en Estados Unidos, para controlar la producción.
En Europa se empezó con corrales y bardas y en el Siglo XX la producción en masa incrementó. Desde entonces no ha parado hasta nuestras fechas.
El huevo doméstico
- Se estropea menos que el huevo de granja cuando se transporta de un lado a otro.
- La gallina domesticada se alimenta de un solo tipo de grano.
- La cría masiva de huevos, provoca que este tipo de huevos desarrolle más bacterias como la salmonella.
- Las gallinas domesticas están en un solo lugar sin movimiento, esto influye en el sabor final del huevo. Expertos comentan que este es mucho más ligero.
- Su color es más claro que el huevo de granja.
- Si bien, el huevo domesticado regularmente se mete al refrigerador, afuera es muy común que se descomponga rápido.
El huevo de granja
- Es de libre pastoreo.
- Las gallinas comen mucho más granos, pasto y gusanos.
- El huevo es más grande y su forma no es tan perfecta.
- Su sabor es mucho más intenso.
- El color de la yema es mucho más amarillo y brillante.
¿Sabías qué si un depredador le quita un huevo a la gallina, ésta inmediatamente lo reemplaza con otro? Esto lo puede hacer por un tiempo indefinido y puede producir grandes cantidades de huevo a lo largo de su vida.
(Con información de foodandwineespanol)