Graciela Mota Botello, que fue presidenta del ICOMOS México (Consejo Internacional de Monumentos y Sitios de la UNESCO) 2015-2018, y Álvaro Santana-Acuña, sociólogo cultural especializado en literatura y patrimonio artístico, coinciden en que el incendio en la Catedral de Notre Dame provocó daños irreparables que no debieran volver a suceder con patrimonio de ningún país.
“Es el colmo, el año pasado vimos una tragedia similar en el Museo Nacional de Brasil (10 de septiembre de 2018), pero ahí fue por la indiferencia en el mantenimiento del museo.
“Espero que en Francia sea por razones muy distintas, parece que estaban restaurando una de las áreas y que eso debe haber generado el incendio pero haya como haya sido, bajo qué características de seguridad están trabajando”, cuestionó la líder continental del Forum de las Universidades del ICOMOS Internacional.
La especialista enfatizó que los materiales de la Catedral de Notre Dame son invaluables porque datan del siglo XII, por lo que el incendio debiera considerarse como una “tragedia para la humanidad”, además de que no se justifican la falta de medidas de seguridad necesarias.
Javier Ribera Blanco, catedrático de Historia y Restauración Arquitectónica en España, habló en entrevista con el diario El País, sobre los riesgos de apagar el fuego con agua, al respecto, Mota Botello prefirió no hacer un juicio dado que aún no está del todo claro dónde estuvieron las fallas técnicas.
A consecuencia del incendio, uno de los símbolos de la catedral cayó: la “Flèche (Flecha)”, como la conocían los franceses, elemento que Mota Botella definió como un símbolo, al igual que toda la catedral.
“Parece que al retablo de Juan Diego y la Virgen de Guadalupe -en Notre Dame- no le pasó nada. Un incendio de estos traerá próximamente una serie de restauraciones, no sé lo que se pueda restaurar, hay que hacer una evaluación de daños, es algo terrible que nos vuelve a poner sobre cómo es posible que no se prevean de manera específica y rigurosa todos los procesos de seguridad y preservación”, comentó la especialista.
Mota Botelo señaló que ahora sigue un proceso de restauración; sin embargo, explicó, existen diferentes escuelas “pero evidentemente lo que ya se acabó no se puede arreglar o se llamaría ‘construir un falso histórico’, algo que no se puede hacer”, además de que se debe hacer un profundo proceso de evaluación pues la intervención será realizada con materiales modernos.
“Lo primero que debemos de tomarnos en serio es que nos debemos dar cuenta que el patrimonio es insustituible, lo que se va se va, no se trata de hacerle copias chiquitas. El genio de la humanidad es haber logrado una obra tan maravillosa y cómo es posible que por errores esté pasando esto. Es un golpe a la humanidad, una falta de respeto a la historia, a la cultura, a los inmuebles, a la seguridad, a la arquitectura”, indicó la expresidenta de ICOMOS México.
El incendio en la Catedral de Notre Dame, agregó la también integrante del Comité Científico Internacional de Patrimonio Inmaterial del ICOMOS, debiera hacer que en México sean encendidas todas las alarmas, sobre todo si se recuerda lo que sucedió después de los sismos del 7 y 19 de septiembre de 2017, pues “a los cinco días, habiéndose caído la estatua La Esperanza en La Catedral Metropolitana, hicieron un reventón, ¿cómo se atreven? Eso no puede ser.
“Hago un llamado a que tengamos áreas de presentación pero no utilicemos áreas históricas que pueden caerse y pueden quedar colapsadas, la música y la vibración de los instrumentos electrónicos afectan sustantivamente”.
Álvaro Santana-Acuña, sociólogo cultural especializado en literatura y patrimonio artístico, comentó que aún se desconoce si hay daños estructurales que obligarán a tirar parte de la catedral.
“Lo que sí sabemos es que se ha perdido la aguja del siglo XIX, y lo que se ha perdido, más grave, son varias de las vidrieras, los rosetones que son las ventanas circulares de los laterales, algunas de las cuales eran obras que databan del siglo XIII, de la Edad Media, y que con las altas temperaturas por el incendio dentro de la catedral pues el plomo que sostenía estos cristales se ha derretido y las ventanas se han vencido.
“Esto también supone una llamada de atención muy importante sobre cómo se está preservando todo el patrimonio cultural porque realmente es muy triste; lo que muchas personas están descubriendo con este incendio son las grandes dificultades que el estado francés había tenido para recaudar dinero para la remodelación.
“Y claro si hay dificultades para recaudar dinero para un monumento tan importante y tan emblemático como Notre Dame, qué no estará ocurriendo con otros monumentos hasta más antiguos que Notre Dame y más ricos, pero menos conocidos”, señaló el también profesor de Whitman College.
Santana-Acuña también recordó el incendio del Museo Nacional de Brasil que también supuso una pérdida catastrófica de objetos del patrimonio mundial, por lo que cuestionó si hay una preparación real para conservar el patrimonio histórico cultural y artístico.
“Recientemente estuve en México, visité el Zócalo y yo no sé qué seguimiento se le está haciendo al suelo de la Catedral Metropolitana, el hundimiento es progresivo, son cuestiones que uno se plantea cuando se da cuenta que estos grandes monumentos que son tan emblemáticos, un incendio como Notre Dame nos lleva a pensar si estamos invirtiendo todo lo necesario para cuidar este patrimonio tan importante”, dijo el sociólogo cultural.