Tras los dos sismos de 7 y 19 de septiembre, es probable que se registre una nueva migración de personas hacia territorio mexiquense, que serían provenientes no solo de la Ciudad de México, sino de Morelos, Puebla, Oaxaca, Guerrero y Chiapas, advirtió Francisco Cuevas Dobarganes, director general de la Unión Industrial del Estado de México.
“Ante esta nueva realidad, en donde se prevé que lleguen decenas de miles de personas en unos cuantos meses al Estado de México, las condiciones, son aún menos propicias para recibirlas, ya que los servicios públicos está totalmente rebasados y el tráfico ya no permite que más personas se incorporen a las largas filas de autos y de transporte público, que todos los días pierden millones de horas hombre hacia la ciudad en la mañana y hacia el estado por la noche”, apuntó el líder empresarial.
Recordó que en 1985, a raíz del sismo del 19 de septiembre, decenas de miles de personas se fueron a vivir fuera de la ciudad; los de clase media alta eligieron Querétaro y Puebla, la clase media a Cuernavaca, Pachuca Toluca, Naucalpan y Tlalnepantla; en contraparte, la gran mayoría con ingresos más modestos lo hicieron hacia Ecatepec, Coacalco, Tultitlán, Cuautitlán, Ixtapaluca, Chimalhuacán, Neza y Chalco.
“El caso de Ecatepec, quizás fue el más dramático, ya que de la noche a la mañana se formaron nuevas colonias en la Sierra de Guadalupe y en Ciudad Cuauhtémoc. Sin duda, se trató de un fenómeno sin la menor planeación, lo que contribuyó a agravar los problemas de tráfico, desempleo, hacinamiento, desintegración familiar, drogadicción, alcoholismo y falta de calidad y cantidad de los servicios públicos”.
La UNIDEM alertó sobre la urgencia de tomar medidas para que las personas que llegarán al estado, encuentren condiciones favorables para su desarrollo y sin agravar los problemas viales, ambientales, de carencia de agua y hacinamiento que padecemos.
Será necesario considerar el reciclamiento de miles de viviendas que se encuentran abandonadas por falta de pago en la entidad mexiquense y que no fueron rentables para sus dueños, por los costos y tiempos de traslado.
Además, el gobierno mexiquense debe implementar en el muy corto plazo, un programa de facilidades para la inversión que permita la creación inmediata de fuentes de trabajo que ayuden, a que esas familias, no tengan que transportarse diariamente hacia la Ciudad de México en busca de empleo o educación.
“El problema que viene es muy grave y en la medida en que los gobierno de la CDMX y Estado de México actúen, dependerá que el problema no desencadene en la creación de nuevas ciudades perdidas con consecuencias sociales desastrosas”, apuntó Francisco Cuevas.