El sonido de la cortadora de madera invita a entrar al taller que alberga una casa tradicional de este municipio ubicado a 21 kilómetros de la capital.
Ahí, Alfonso Martínez, un técnico electromecánico acostumbrado a trabajar con el torno, se inició hace más de una década en la elaboración de objetos de madera y ahí también nació el bastón de mando que le fue entregado al presidente Andrés Manuel López Obrador durante su visita a la Sierra Juárez, en marzo pasado.
“Yo, al trabajar con equipos industriales, aserraderos, bombas, envasadoras de mezcal, surgió la idea de usar la madera para forrar botellas”, explica. Fueron los productores de mezcal de Mitla, con quienes trabaja desde hace varios años, quienes le encargaron un bastón de mando que se entregaría al presidente municipal en la toma de protesta el 1 de enero. Luego, este bastón llegaría al Presidente.
El artesano apunta que fue su trabajo, en el que incluye incrustaciones de distintas maderas, el que le otorgó la oportunidad de realizar el encargo que finalmente sería para López Obrador. Para realizarlo se eligió un diseño en grecas, inspirado en las de la Ciudad de los Muertos, la zona arqueológica de Mitla.
También se usó una punta metálica con la impresión del escudo nacional, misma que le dio un toque especial. En una visita a Mitla, el bastón elaborado para el munícipe llamó la atención del gobernador Alejandro Murat, quien pidió al edil que lo cediera para el Presidente.
“No fue un bastón elaborado especialmente para el Presidente. Yo lo vi después de la visita en la televisión, porque se me hizo parecido. Después, uno de los integrantes del cabildo me confirmó que era el mismo”, dice.
El bastón viajó desde Mitla a Guelatao y fue entregado a López Obrador como símbolo de que el estado le cede la autoridad al Presidente, quien lo sostuvo durante toda la gira.
“Yo soy originario de aquí, fui autoridad también y sé que entregar el bastón de mando es algo sublime, que va ligado con la espiritualidad, el poder y las costumbres”, resalta.
Esa fue la primera y única vez que en su taller se ha elaborado un objeto similar. Relata que fue un proceso metódico y exhaustivo.
La madera elegida fue el cedro nativo de Oaxaca y maderas tropicales para los tonos oscuros; las medidas finales fueron 89 centímetros de longitud, diámetros de cuatro centímetros para la punta y dos para la conicidad de la parte baja.
“Se requiere un ángulo de 1.5 grados. Es una medida universal, es la medida de las brocas para adherirse al cono”, señala. Los cálculos fueron realizados por Alfonso a través de la geometría y trigonometría, a fin de lograr el agarre y el peso exacto que hagan que el bastón sea anatómicamente perfecto.
Trabajó tres jornadas de más de 12 horas en ese bastón: “Gran parte del trabajo fue invertido en los casquillos metálicos que se colocaron en los extremos, pues deben coincidir perfectamente en ángulo tanto la madera como el metal”, menciona.
Para la elaboración de las piezas, Alfonso acondicionó las máquinas, creando híbridos en los que se introducen los valores y que permiten que los cálculos matemáticos se traduzcan en formas exactas de madera.