El debate marcado por los insultos entre aspirantes a la Presidencia de México, falto de sustancia y sin un ganador claro, no cambiará las preferencias electorales rumbo a los comicios del 1 de julio, consideraron hoy expertos consultados por Efe.
“Todos se quedaron cortos en cuanto a propuestas concretas. (…) Los vi poco preparados, no sé si por falta de estudio o porque querían hacerlo muy ligero”, dijo a Efe la directora de Relaciones Internacionales del Tecnológico de Monterrey campus Estado de México, Xóchitl Pimienta.
Para la experta, los cuatro aspirantes presidenciales en estas elecciones en las que se elige al mandatario y otros 3.400 cargos públicos no consiguieron llegar “a los sentimientos de las personas”.
El debate, que se alargó casi dos horas, se dividió en tres bloques -comercio e inversión, seguridad transfronteriza y derechos de los migrantes- y tuvo un quinto invitado fantasma, Donald Trump, a quienes todos los aspirantes a gobernar México exigieron respeto.
Para la internacionalista, el ejercicio, novedoso porque incluyó a ciudadanos en el plató que lanzaron preguntas, no cambiará las preferencias electorales, en las que el izquierdista Andrés Manuel López Obrador, del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), lidera los sondeos con unos 20 puntos de diferencia sobre Ricardo Anaya, del conservador Partido Acción Nacional (PAN).
“No creo que se modifique mucho la intención de voto de Ricardo Anaya o López Obrador, tampoco de José Antonio Meade (del oficialista PRI)”, consideró la experta, que opinó que el único damnificado del debate será el aspirante independiente Jaime Rodríguez Calderón, el Bronco, con escasas posibilidades de ganar los comicios según las encuestas.
Si no se modifica la intención de voto es, en parte, porque a ojos de expertos y ciudadanía el debate no tuvo un claro ganador, a diferencia del primero, cuando se consideró que Anaya supo apretar las tuercas con una retórica ágil.
De acuerdo con una encuesta de Massive Caller realizada a 2.000 personas, el 35,1 % de los entrevistados considera que ganó Anaya, frente a un 33,5 % que da la victoria a López Obrador, un 24,94 % a José Antonio Meade, del oficialista Partido Revolucionario Institucional (PRI), y un 6,43 % al Bronco.
El profesor de la Escuela de Gobierno del Tecnológico de Monterrey Macario Schettino consideró que tanto Anaya como Meade fueron los más acertados, aunque el segundo, pese a su larga experiencia en política, no puede desmarcarse del último gobierno y los casos de corrupción del partido que representa, el PRI.
La mayoría de respuestas fueron flojas y carentes de datos que las sustentaran. Y a menudo, los candidatos fueron evasivos incluso en temas tan relevantes como los derechos de los migrantes.
Todos los candidatos plantearon, con diferentes matices, mejorar las condiciones en las comunidades de origen de los migrantes, particularmente en el sur del país, para resolver el problema de la migración hacia Estados Unidos.
“Hablaron de problemas, discriminación y dolor en nuestra comunidad, pero no ofrecieron ninguna solución, idea nueva o solución”, señaló hoy a Efe Israel Concha, presidente de la ONG New Comienzos, que ayuda a los repatriados mexicanos desde Estados Unidos.
Ante la falta de propuestas, el debate estuvo marcado por las duras calificaciones entre candidatos, que se tacharon de “farsante”, “mentiroso”, “demagogo”, “hipócrita” y “canalla”, entre otras lindezas.
Uno de los momentos más llamativos fue cuando López Obrador se guardó la cartera cada vez que se le acercaba Anaya. Este, en revancha, lo acusó de tener “ideas viejas” y de “no entender el mundo”.
Los insultos “no han desvirtuado los debates, pues las acusaciones son parte de esto. Y el público evaluará cuáles son más creíbles”, dijo Schettino.
Los principales medios del país destacaron hoy los fuertes ataques que marcaron el encuentro. El diario Milenio, por ejemplo, tituló en portada “Los insultos opacan las propuestas”.