De deportados a empresarios

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Aquí también podemos triunfar, allá el dinero es más fácil ganarlo, pero aquí volvemos a tener dignidad”

Al menos 30 mil mexicanos que fueron deportados por Estados Unidos en los últimos años se han convertido en empleadores en México al montar sus propios negocios.

De acuerdo con el estudio El Retorno, el nuevo escenario de la migración entre México y Estados Unidos, elaborado por la Secretaría de Gobernación, los repatriados que han formado un negocio representan el 3.6 por ciento del total

En entrevista para el diario La Razón, Pepe Álvarez, Spanky, señaló que vivió 38 años en Estados Unidos, tiempo durante el cual se dedicó a pintar lienzos a gran escala para sets de películas en Hollywood.

Sin embargo, a cinco años de su deportación se dice más feliz que nunca, pues ahora hace lo que le apasiona: es tatuador en Tijuana. Su local llamado No Mercy (Sin Piedad) atiende a más de 400 personas al mes, en su mayoría a clientes estadounidenses. “En los miles de cuerpos que he pintado en estos años, plasmo mis ideas, mis pensamientos y estoy infinitamente más realizado que nunca en mi vida”.

Relata que decidió quedarse en la frontera porque sus hijos son estadounidenses y lo van a visitar continuamente. “Ni loco” regresaría a Estados Unidos.

“La verdad en México puedo viajar, hago lo que quiero. Mi dinero vale el triple sencillamente porque soy libre y no ando con miedo. Sé que para los migrantes que regresan es un trance difícil porque dejan toda una vida en EU, pero sí se puede volver a empezar”, afirmó.

Por su parte, Alejandro Carrera, quien vivió casi toda su vida en Estados Unidos, admitió que el regreso a México es difícil.

Alejandro abrió uno de los restaurantes más famosos de Tijuana: Los Pollos Deportados.

“Hay unas personas que cuando llegan sienten que la vida se les acaba porque cambia como la vivían, los planes que tenían cambian de la noche a la mañana”, reconoce. Sin embargo, “aquí también podemos triunfar, allá el dinero es más fácil ganarlo, pero aquí volvemos a tener dignidad”, señala.

De acuerdo con el estudio 44 por ciento de los deportados se convierte en obrero, 20 por ciento en jornalero y 27 por ciento en trabajador independiente.

Con información de La Razón

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