La lucha electoral del Estado de México representa una de las elecciones fundamentales del país, en ellas se invierten miles de millones de pesos. Según datos oficiales de INE, hasta el momento los candidatos a gobernador han gastado 215 millones de pesos en lo que va de la contienda electoral. También hay polítologos y expertos que advierten sobre la existencia de una relación entre la elección de gobernador en el Estado de México y las elecciones presidenciales.
Esta contienda no ha decepcionado en lo absolutos a los conocedores; durante este tiempo de campañas, hemos vistos toda clase de artimañas y trucos políticos propias de las contiendas electoreras, y más delimitado aún, de las contiendas en el Estado de México. Lo mismo hay escándalos grabados en video, que en audio; hay documentos que evidencian tratos de corrupción; hay alianzas entre partidos; hay coaliciones; dinero aquí y dinero allá; publicidad dirigida no a exponer sus métodos o propuestas, sino a desacreditar al adversario. En esta contienda ha habido de todo.
También hay quien, sabiéndose sin ninguna oportunidad en la carrera, termina declinando a favor de alguno de sus rivales. Ciertamente es otra manera de alianza política, aunque va de la mano con miles de votos de un partido a otro, en otras palabras es como encontrarse tirado un buen porcentaje de votos. Recientemente ha habido una serie de acusaciones por parte del líder del partido de izquierda, MORENA, su candidata en el Edo Mex, Delfina Gómez, y el abanderado del sol azteca: Juan Zepeda. La propuesta del líder morenista es clara y concisa: declina a favor de Delfina, de MORENA y de él.
Zepeda ha dejado claro en varias ocasiones que no tiene pensado declinar a favor de quien está en un virtual empate en primer lugar junto con Alfredo del Mazo. Pero ¿qué razones podría tener Juan para no aceptar una oferta de poder llegar (de todos modos) a la gobernatura? La respuesta parece concretarse en la popularidad del candidato, que como él mismo ha afirmado, sube como la espuma. Juan Zepeda se ha forjado una imagen de “candidato del pueblo”: él ha trabajo desde joven, ha sufrido la delincuencia a carne propia, viene -literalmente- desde abajo, se fue de mojado a Estados Unidos, ha subido en la política por voto propio. Declinar a favor de MORENA, sería, políticamente, declinar a todos sus logros . Aseguran que perdería cerca del 50% de sus nuevos seguidores, lo que restaría otro 50% que pasarían directamente a MORENA; el otro 50% se tendría que dividir entre las demás propuestas o terminarían en votos nulos.
A pesar de todo, MORENA ha advertido que de no haber una declinación (coalición), debería descartarse también cualquier esperanza de hacer lo propio rumbo al 2018, es decir, tanto PRD como MORENA con su propio candidato en la presidencial.