Directores de penales ¿víctimas o victimarios?

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Los funcionarios encargados de administrar algún Centro de Rehabilitación Social pueden ser separados o inhabitados 10 años cuando son responsables de alguna falta en los penales

La responsabilidad de un director de un Centro de Rehabilitación Social o un penal seguramente es alto. El tener a su cargo el buen funcionamiento en las instalaciones de los penales no ha de ser nada fácil. Lidiar con personas que cometieron algún crimen o que se encuentran ahí para seguir con algún proceso judicial ha de ocasionar varios dolores de cabeza.

A pesar de estas circunstancias aceptaron el cargo y por ende la responsabilidad se debe asumir y acatar. Sin embargo, en muchas de las ocasiones las presiones son demasiadas: el equilibrar los ánimos entre custodios y reos seguramente pueden volverse tensas. Además deben ser tentadoras las ofertas que realizan los grupos delincuenciales para dejar en libertad a algún reo.

Un ejemplo claro fue la última fuga de Joaquín el “Chapo” Guzmán, líder del Cárcel de Sinaloa, en 2015. Especialmente en este caso la especulación estuvo a la orden del día. De inmediato todas las miradas recayeron, en ese entonces, a la Coordinadora Nacional de los Centros Federales de Readaptación Social, en el director general y en la directora técnica y coordinadora general del área jurídica del penal federal de alta seguridad número 1 del Altiplano en Almoloya de Juárez, Estado de México.

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Por este hecho, la Función Pública inhabilitó por 10 años a los servidores públicos a quienes se les señaló de ser responsables de la sonada fuga. Está sanción es la máxima sanción que puede imponer la institución.

Otras situaciones donde se les ha sanciona a los encargados de administrar las cárceles del país son los amotinamientos o trifulcas en el interior de estos centros, que en muchas de las ocasiones hay heridos, muertos y evasión de reos. Los recientes casos son los registrados en los penales de Topochico en Nuevo León, donde murieron 49 presos en febrero pasado, y  en el de Barrientos en el Estado de México, donde cuatro reos se fugaron.

Este miércoles removieron del cargo al director del penal ubicado en el municipio de Tlalnepantla por la evasión de los reos y un sinfín de irregularidades.

Otros escenarios por lo que son separados del cargo a los altos mandos de un penal es por la sospecha que están coludidos con grupos delincuenciales, por permitir fiestas o por privilegiar algunos reos dentro de las instalaciones, así como por llevar a cabo castigos excesivos para corregir a los internos.

Sea cual sea la inhabilitación del funcionario o la separación del puesto siempre existirá la sospecha de que estas personas puedan alinearse a las filas de la delincuencia organizada.

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