“El amable joven pretextó que la unidad olía mucho a cigarro y esparció un supuesto aromatizante, minutos después comencé a sentirme mal”.
El pasado cinco de marzo, Jaime –un fotógrafo profesional especializado en moda– esperaba a sus amigos en el bar Patanegra de la colonia Condesa en la Ciudad de México, después de beber una cerveza y un tequila recibió un mensaje de sus conocidos avisando que no llegarían, pagó sus tragos y salió del establecimiento.
En la calle abordó un taxi modelo Tsuru de los llamados ruleteros y pidió que lo llevara a su casa, cerca del metro Chapultepec en la colonia Anzures, casi al instante, el chofer a quien define como “un amable joven” pretextó que la unidad olía mucho a cigarro, sacó un supuesto aromatizante y lo esparció, unos minutos después Jaime comenzó a sentirse mal.
“Recuerdo vagamente como llegué a mi casa pero él me ayudó a bajar y me subió a mi departamento, me dio un vaso con refresco y de ahí ya no desperté hasta 15 horas después”.
Cuando Jaime recobró la conciencia su casa estaba vacía, “me robó prácticamente todo: mi equipo de fotografía, computadoras, relojes, dinero en efectivo, perfumes, joyas ¡y hasta unas calcetas nuevas que tenía en mi closet! me pasaron un video de una cámara de seguridad, el ladrón se tomó más de dos horas para revisar mi casa y sacar todo en unas maletas”, detalló Jaime en entrevista.
Aunque el profesional de la lente levantó una denuncia y los peritos de la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México realizaron una diligencia en el domicilio a más de dos semanas del hecho delictivo, que asciende a más de 600 mil pesos, no hay avances en la investigación, y como en otros casos, las cámaras capitalinas del famoso C4 no han servido para esclarecer el delito.
“Me siento mal por lo que me pasó, tengo pocas esperanzas de recobrar mis cosas, pero es importante que una persona como ésta sea detenida, mañana puede hacerle lo mismo a una mujer a una señorita, hasta violarlas, y si se le pasa la mano con la droga puede matar a alguien”, reflexionó Jaime quien ha tenido que recurrir a sus amigos para seguir trabajando pero con equipos prestados.
En las fotos se observa al ladrón saliendo con las maletas en las que se llevó el botín. El taxi es el auto estacionado detrás del coche blanco.