El cardenal Carlos Aguiar Retes publicó este día un decreto en el que se establece que en la Arquidiócesis de México, que encabeza, la edad mínima para recibir la primera comunión será a los nueve años y en el caso de la Confirmación, a los 12 años.
El purpurado señaló que de ahora en adelante el tiempo de preparación para recibir la Primera Comunión es de dos años, y tres para la Confirmación.
Aguiar Retes dio a conocer el “Decreto sobre la edad para recibir por vez primera los sacramentos de la Eucaristía y la Confirmación” durante la reunión anual del Presbiterio con motivo de la fiesta de san Juan María Vianney, el cura de Ars, en la que explicó que esta decisión responde a lo acordado por los obispos que conforman las Provincias Eclesiásticas de México y Tlalnepantla, quienes se reunieron el lunes 18 de junio pasado con la finalidad de establecer criterios comunes en relación con la preparación y edad mínima para la recepción de estos dos sacramentos de iniciación cristiana.
En el documento, pide que, en lo posible, la formación en la fe infantil se imparta por medio de una catequesis escolarizada, prevista por la Comisión Arquidiocesana de Catequesis, y llama a los diversos responsables en la impartición de dicha formación –párrocos, catequistas, miembros de los institutos de vida consagrada y/o sociedades de vida apostólica, personal de instituciones educativas laicales y religiosas– adecuarse a esta normativa, aplicando el decreto en el ciclo escolar 2018-2019.
Sobre la Confirmación, en particular, la norma pide que en los lugares donde se vaya a administrar este sacramento, se le informe al ordinario del lugar y se obtenga su autorización, previa solicitud por escrito. También deja en claro que ningún presbítero debe administrar éste sin la debida autorización, y que todo obispo que no esté al servicio de la Arquidiócesis de México, o un obispo emérito, tenga la licencia del obispo diocesano.
Sobre la preparación para recibir la Primera Comunión y la Confirmación pidió a los sacerdotes que expliquen a los padres de familia que no se trata simplemente de prepararse para el sacramento, sino realmente formar en la fe a los niños.
“Deben hacerles consciencia de que la Iglesia está muy preocupada de que los niños, en este ambiente cultural secularizado –donde la escuela pública en lugar de hacer algo en favor de la espiritualidad cristiana, muchas veces les pone adversidad– los niños no tengan forma de defender por qué son católicos y hacer valer aquello en lo que creen”, dijo.
El Arzobispo de México advirtió que actualmente los pequeños están a merced de las tendencias socioculturales actuales que favorecen la incursión de la delincuencia organizada, la droga –como pasa en muchas escuelas, incluso en las primarias–. “Pero si los niños se encuentran habitualmente en ámbitos seguros, como son las parroquias con sus catequistas, éstos van aprendiendo lo que es la Iglesia y van adentrándose en lo que es su fe, su religión”.