RICARDO ALEMÁN
Para ello, universidades y redacciones —muchas veces las redacciones son las verdaderas universidades— dan herramientas técnicas y éticas para que el profesional reporte los hechos y reconstruya las historias, bajo estándares de credibilidad y confianza.
De esa manera, cuando el trabajo periodístico llega a manos de lectores y/o audiencias, éstos deberán estar seguros de que la información que reciben cumple con mínimos de certeza, confianza y éticos.
Sin embargo, en el periodismo también abundan charlatanería y engaño; periodistas mentirosos, interesados, militantes y que trabajan por consigna. Y es el caso del “reportaje” titulado “Peña Nieto, de plagiador a Presidente”, presentado por Carmen Aristegui, Irving Huerta, Sebastián Barragán, Juan Omar Fierro y Rafael Cabrera.
La pieza periodística resulta que es una gran mentira; nuevo engaño de Aristegui, que abona al gobierno de Peña Nieto.
Pero si pocos se sorprenden del periodismo mentiroso y engañabobos de Aristegui, la sorpresa es que reputados intelectuales y periodistas se traguen sin chistar el cuento del plagio. Y peor, que nadie haya comparado lo elemental.
A continuación nuestro comparativo.
1. El “reportaje” afirma que se plagiaron 197 párrafos de la tesis de EPN. Sin embargo, la revisión rigurosa del “reportaje” solo muestra 16 párrafos que podrían ser motivo de plagio. Es decir, no existe evidencia del supuesto plagio de 181 párrafos. ¿Invento? ¿Consigna? ¿Falta de ética?
2. En el “reportaje” se afirma que en el último párrafo de la p. 133 de la tesis —párrafo que continúa en la p. 134—, y los dos siguientes párrafos de esa página, son iguales a los párrafos que aparecen en las pp. 36 y 37 de una obra de Miguel de la Madrid.
Sin embargo, esos párrafos no se refieren a De la Madrid. En realidad reproducen el discurso de Venustiano Carranza, al inicio del Congreso Constituyente de Querétaro. Incluso, la tesis cita directamente el Diario de los Debates del Constituyente de 1916-1917. Al citar la fuente original, no existe plagio.
Además, en el interactivo que acompaña la nota —con el que se pretende demostrar el plagio a De la Madrid—, se muestra la imagen de la p. 134 de la tesis, pero la imagen es recortada y no reproduce la nota al pie n. 52, en la que está citado el Diario de los Debates. ¿Mal trabajo? ¿Mala leche?
3. El interactivo que acompaña la nota afirma que la p. 183 de la tesis reproduce la p. 183 de una obra de Morales Jiménez, Sin embargo, en realidad el reportaje reproduce dos veces la p. 88 de la tesis. ¿Confusión?
4. El “reportaje” afirma que los párrafos primero, segundo, tercero y cuarto de la p. 88 son iguales a los párrafos primero, tercero y cuarto de la p. 183 de la obra de Morales Jiménez, y que el autor no es citado. Sin embargo, al final del apartado en donde se encuentra esta reproducción, aparece una nota al pie que da crédito a la obra de Morales y que no es referida en el “reportaje”. ¿Consigna partidista? ¿Mentira deliberada?
5. El “reportaje” dice que en el apartado 3.1 el tesista narra la vida de Álvaro Obregón en 36 párrafos y que 35 fueron copiados de manera exacta de dos libros: Hombres de la Revolución Mexicana, de Alberto Morales Jiménez, y Así fue la Revolución Mexicana, del Consejo Nacional de Fomento Educativo. Sin embargo, los reporteros no vieron que, al final del apartado 3.1, se da crédito a ambas obras. ¿Ceguera reporteril?
6. El “reportaje” afirma que en el apartado 2.1 de la tesis “se plagió” casi textual seis párrafos del libro Génesis del presidencialismo mexicano, del historiador José María Calderón. Sin embargo, al final del apartado se le da crédito a la obra. ¿Omisión mentirosa de Aristegui?
7. En el “reportaje” se dice que se utilizan dos citas textuales de Justo Sierra. Sin embargo, el tesista pone notas al pie de página, indicando que tomó las citas de la obra del historiador Martín Quirarte. ¿Trampa de los reporteros?
8. En el “reportaje” se afirma que el tesista hace un análisis de las reformas constitucionales durante el periodo 1921-1928, y que para ello tomó como base al académico de la UNAM Diego Valadés, pero reprocha que no lo cita en todos los párrafos sino solo en tres. De risa loca. Casi todos los párrafos que componen el apartado 4.3 son reproducciones textuales de Valadés y se cita el nombre del jurista solo tres veces, porque son tres segmentos completos los que retoma la tesis. ¿Ignorancia reporteril?
9. En el “reportaje” se afirma que el tesista plagió a Emilio Rabasa y a Felipe Tena Ramírez, pero Aristegui olvida mencionar qué párrafos y qué obras fueron plagiadas. ¿Engaño de reporteros mañosos?
¿Así o más claro el nuevo engaño de Aristegui?
¿Es o no campaña de calumnias y difamación contra Peña?
(Con información de milenio)