El dinero para la campaña de José Antonio Meade en la ultima parte del proceso electoral se va reduciendo cada vez más, tanto de dinero público vía su propio partido, como los apoyos monetarios de los empresarios que apoyaban al candidato y que cada día se retiran por la certeza del fracaso.

Según la columna de Salvador García Soto en El Universal, a 20 días de que terminen las campañas, proveedores y consultores no han recibido sus pagos de la campaña priista bajo el pretexto de “ya no tenemos recursos”.

“La escasez de financiamiento se ha comenzado a reflejar en la decisión de algunos operadores electorales o del área de medios que ya están buscando moverse a otras opciones laborales o académicas, algunos incluso ya tramitando documentos y permisos para viajar al extranjero antes de la fecha de las elecciones”, detalla el columnista.

Al parecer la falta de recursos en la campaña de Meade se refleja en toda la estructura electoral, desde el consultor político que colaboró durante varios meses en el “war room”, a quien cortaron por no poder “pagarle facturas por varios servicios y asesorías”, hasta operadores electorales que no encontraron los recursos para respaldar sus labores proselitistas.

Específicamente, García Soto se refiere al caso de un empresario, amigo de Meade y Juana Cuevas, su esposa, quien ante la falta de certidumbre en las encuestas, mandó levantar su propia encuesta en la que salió que el 45% de la intención de voto era para Andrés Manuel López Obrador, el 28% para Ricardo Anaya y el 15% para Meade.

“¿Qué hago?- preguntó el empresario a un político amigo suyo- me da mucha pena pero voy a tener que hablar con ellos y comenzar a dejar de darles recursos”, escribió García Soto.

Lo alarmante del caso es que “la llave” por la que debería fluir recursos, se está cerrando tres semanas antes de concluir las campañas presidenciales.