La periodista Alma Delia Murillo escribió para el portal Sin embargo un articulo en el que hace reflexionar acerca dela complicidad de las esposas de los políticos corruptos. Para ella, las mujeres son igualmente culpables porque ellas de antemano no pueden no saber los vínculos nefastos en los que sus maridos se han enredado.

Los regalos, las propiedades y todos los lujos inexplicables que el político corrupto hace de su propiedad deben ser sin duda conocidos por su esposa, pues de otro modo no se entiende cómo ella puede sobrellevar estos asuntos sin saber que son mal habidos.

“Es difícil imaginar, por ejemplo, que una persona, luego de cinco, diez o veinte años casada con otra, no sepa quién es ese ser humano con el que comparte la cama, las mañanas, la crianza de los hijos, las situaciones más pedestres y también las más complejas”, apunta la periodista.

La periodista acusa los casos de los de los funcionarios, casi todos del PRI, que hoy están prófugos o tienen una orden de aprensión, los cuales gozan de comodidades VIP en la cárcel, con los mejores servicios. En casi todos esos casos sus esposas han jugado papel decisivo. Y hoy están libres, gozando de comodidades que tienen gracias al pueblo.

Agrega que estas mujeres hoy se refugian en Londres, en Francia o en Miami, gozando de riquezas sustraídas pueblo mientras más de 50 millones de mexicanos están en situación de pobreza.

“Esa dinastía de políticos saqueadores y ladrones, luego de hacer sus cuentas, calculen que salen ganando incluso si se entregan o se dejan atrapar pues de cualquier manera, después de diez o quince años estarán libres y sus familias disfrutarán de una fortuna asegurada por generaciones. Ya estoy escupiendo verde”, escribe la periodista.

Para ella, el ejemplo más real lo tenemos en Karime, la esposa del ex gobernador de Veracruz, Javier Duarte, pues en su diario dejó escrito “Merezco Abundancia” el mejor reflejo de la culpabilidad que cargaba y sigue cargando.

Por ello la periodista propone que junto a los políticos corruptos sean castigadas sus esposas, porque eso hará que los políticos no tengan tanta garantía de que se van a salir con la suya. Solo así “posiblemente, estemos transitando a un verdadero combate a esta nefasta práctica que es tan común en nuestro país como un juego de fútbol dominical. “