La Secretaría de Energía (Sener) realiza investigaciones para determinar si se incurrió en actos de corrupción en los contratos que la pasada gestión de Pemex Transformación Industrial adjudicó directamente a tres empresas para el suministro de hidrógeno por 20 años a las refinerías de Tula, Cadereyta y Madero.

Entre septiembre de 2017 y julio de 2018, la subsidiaria de la petrolera vendió las plantas de hidrógeno de las tres refinerías a las empresas Air Liquide México, Gazsur y Linde Gas North America para que usen terrenos, instalaciones y hasta servicios como el suministro de gas natural.

El convenio indica que Pemex Transformación Industrial debe comprar hidrógeno a estas empresas por casi 2.7 millones de dólares mensuales.

Las Memorias Documentales de estos proyectos, elaboradas por la administración anterior, muestran que la estrategia fue diseñada para garantizar suministro de alta confiablidad, bajo costo por molécula, eficiencia en la conversión de gas natural a hidrógeno y reducción de paros no programados en refinerías.

El costo de la venta de estas plantas no se integró a las memorias.

Hace un mes, la titular de Energía, Rocío Nahle, visitó la refinería de Tula, en la cual constató que la planta de hidrógeno está cercada porque, de acuerdo con los trabajadores del complejo, fue vendida por la administración pasada antes de irse.

Esta investigación se suma al expediente abierto sobre los sobornos millonarios de Odebrecht a Pemex y a la que se hace sobre funcionarios ligados al robo de combustible.