Las cada vez mas acentuadas tendencias individualistas explican en parte el constante crecimiento del mercado de mascotas de los últimos años al preferir mucha gente el trato con un perro o gato antes que relacionarse con otras personas.
“Preferir una mascota antes que a una persona es una forma de contacto muy lógica en una sociedad posmoderna que no quiere tener cuestiones profundas ni angustiosas. Tener mascota se convierte en una forma de entretenimiento que no implica responsabilidades profundas”, explica a Efe el psicólogo Ricardo Trujillo.
Esto encaja con el aumento de la posesión de mascotas por parte de jóvenes profesionales en los últimos años, según dijo a Efe el doctor en economía José Nabor.
Trujillo, académico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), señala que para los jóvenes la mascota “en algunos casos es una forma de accesorio de vida, como puede ser un coche, una computadora o un celular”, hoy día preferible a tener una pareja.
“Desde el punto de vista sociológico, ya no interesa tanto el vínculo con el otro, nos volvemos una comunidad hacia adentro, que mira hacia sí misma y le da la espalda a los demás. Dentro de esta lógica se empieza a popularizar que uno ya no tiene que vivir teniendo una pareja, una familia y unos hijos, sino que tiene que buscar un departamento, vivir solo”, profundizó.
No obstante, la búsqueda de vínculos, por débiles que sean, es inevitable. La forma más sencilla es adquirir una mascota, un vínculo que Trujillo describió como “extraño, diferente, no es un vinculo profundo”.
“Cuando te involucras con una persona real, esto implica confrontación, no solo con la persona, sino contigo mismo: te hace ver aquello que tienes, aquello que necesitas, aquello que tú no eres. Una mascota no te dice las cosas que te duelen”, explicó.
El estudio más reciente del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) indica que en 2015, de los 80 millones de adultos que viven en México, 45 millones reportaron tener una mascota, esto es un 57 % de ellos.
Por su parte, la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) indicó que la tasa de crecimiento de las ventas anuales de alimentos para perros y gatos en los últimos 5 años se elevó un 10 % anual, un crecimiento exponencial que, según Nabor, parece ir a más.
Esta subida, de acuerdo con el investigador del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, resulta sorprendente dado el impuesto del 16 % que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público impuso en 2014 a los alimentos para mascotas.
“Aunque el costo de tener una mascota hubiera aumentado por el costo de la manutención, eso no ha impedido el crecimiento”, dijo.
De acuerdo con el Inegi, también ha habido un incremento del número de establecimientos comerciales que venden productos relacionados con las mascotas como alimentos o accesorios.
En 2010 había aproximadamente 2.500 establecimientos comerciales que tienen que ver con este sector, mientras que en 2017 la institución gubernamental reportó que ya son 7.500 locales comerciales de esta índole.
El experto realizó la estimación del gasto mensual derivado de los alimentos de las mascotas en México.
Teniendo en cuenta que un hogar mediano promedio en México gasta entre 200 y 300 pesos al mes (entre 10 y 15 dólares al cambio) en alimentos para mascotas, esto supone un gasto mensual aproximado de 13.000 millones de pesos (640 millones de dólares al cambio).
Si a esta cifra se le agrega el costo derivado de vacunas, atención veterinaria y aseo del animal, la estimación de Nabor sitúa las cantidades en 30.000 millones de pesos mensuales (1.476 millones de dólares).
En cuanto al costo del animal en sí, el precio de adquirir un perro o un gato comienza en los 300 pesos (casi 15 dólares) y puede superar los 15.000 (738 dólares).
Los perros son los preferidos por la población mexicana, pues, según el Inegi, de las personas con mascotas, un 86 % asegura tener un perro.
Los gatos ocupan el segundo lugar con casi un 10 %. El porcentaje restante obedece a pájaros y peces, siendo estos cuatro grupos de animales los elegidos por los mexicanos para llenar de compañía sus hogares.
Una compañía más cómoda y, por lo visto, no tan comprometedora.