El líder nacional de Morena, Alfonso Ramírez Cuéllar, acusó presiones “inaceptables” del gobierno de Estados Unidos, y de su embajador, Christopher Landau, para que México reabra sus actividades productivas antes de tiempo, con fines electorales y para favorecer la reelección del presidente Donald Trump.
“La presión ejercida por un grupo de Senadores y por el embajador norteamericano en México resultan inaceptables”, advirtió el dirigente al reconocer que si bien se deben retomar actividades para aminorar las consecuencias económicas y sociales de la pandemia de Covid-19, se debe privilegiar la salud de los trabajadores mexicanos.
“Para el gobierno de México ha quedado claro que la reapertura de algunas de las actividades económicas en nuestro país no va a depender de los propósitos releccionistas del Presidente de los Estados Unidos”, aseguró Ramírez Cuéllar.
El pasado viernes el embajador expuso, en una conferencia dictada en The Wilson Center, su preocupación por el manejo mexicano de la reapertura de las cadenas internacionales de suministros, y que no lo estuviera haciendo bien, de manera coordinada con Estados Unidos.
Por eso, para el diputado federal con licencia, las próximas elecciones de noviembre en el país vecino han desatado una fuerte presión hacia México y otras naciones para que reactiven las cadenas de suministro de las industrias automotrices, aéreo-espaciales y militares, además de la producción de alimentos, algunas de las cuales están paradas con motivo de las medidas sanitarias para evitar la propagación de coronavirus.
Atribuyó a eso las movilizaciones de “grupos y legisladores reaccionarios” que buscan acelerar una desordenada apertura en varios estados del país vecino, en donde “ha cobrado fuerza un discurso más agresivo para que la reanudación se haga, sobre todo, en función de consideraciones electorales”.
Para crecer la economía de los Estados Unidos necesita de la industria mexicana, y se requiere una coordinación en la política industrial de ambos países.
“Pero las actividades deberán retomarse una vez que la salud de los trabajadores mexicanos esté garantizada, no antes, no dependiendo de intereses económicos”, sentenció el dirigente.
El asunto es delicado porque se trata de actividades productivas que se realizan en gran parte en la frontera norte de México, en zonas de maquiladoras donde el número de contagios es muy alto y se tienen condiciones laborales “verdaderamente inhumanas”, aseguró.
“La mayoría de estas empresas trabaja sin protocolos de higiene, en la inseguridad sanitaria y en la desprotección laboral absoluta. Incluso, decenas de ellas siguen obligando a laborar a pesar de la orden del cierre determinado por nuestras autoridades sanitarias”.
“El riesgo es que la apertura se desarrolle en condiciones de desorden y de una arbitrariedad absoluta”, aseveró.
Ramírez Cuéllar coincidió con el gobierno en que las condiciones de seguridad para la reapertura –por ahora- podrían ser el 18 de mayo para algunas actividades esenciales y otras el 1 de junio.
De paso pidió a la Secretaría del Trabajo y a las autoridades sanitarias, poner orden en muchas empresas donde decenas de miles de trabajadores que hoy están laborando sin medidas que protejan su salud.
Denunció a empresas dedicadas a la entrega de paquetería y centros comerciales en donde los trabajadores “están operando en las grandes bodegas, registrando mercancías, empacando y distribuyendo y entregando las mercancías a domicilio, y en los denominados call centers, que se caracterizan por contratar a sus empleados mediante precarias condiciones laborales”.