El veredicto que declaró hoy culpable a Paul Manafort, el exjefe de campaña del ahora presidente de EE.UU., Donald Trump, sacudió hoy la Presidencia del mandatario ante las consecuencias que pueda tener en la investigación de la trama rusa.
Manafort fue hoy declarado culpable por un jurado en la corte federal del Distrito Virginia Este de ocho de los 18 cargos por fraude que se le imputaban, lo que podría suponer una condena que le llevara a terminar sus días en prisión.
Ante esta situación, y a la espera de ver qué sucede con el resto de delitos de los que se le acusan, el foco está ahora en si Manafort buscará colaborar con los investigadores de la trama rusa para reducir su condena o tratará de ganarse un indulto del presidente.
“En este momento (Manafort) está evaluando todas las opciones”, aseguró el abogado principal del exjefe de campaña de Trump, poco después de que se conociera el veredicto, dejando la puerta abierta a cualquiera de las vías, también a la de cumplir sin más su condena, que será fijada próximamente por el juez Thomas Ellis.
El estratega fue declarado culpable de ocho cargos, entre los que se encuentran cinco relativos a declaraciones de impuestos, uno sobre no haber informado de una cuenta en el extranjero y dos fraudes bancarios a la hora de pedir préstamos.
Después de que el jurado no alcanzara consenso sobre diez de los cargos, el magistrado declaró nulo el juicio para esos delitos, por lo que la fiscalía especial del caso deberá decidir si volver a iniciar otro juicio con estos o no.
Ahora, el juez Ellis tendrá que fijar una fecha de sentencia y establecer una condena, a la que también aguarda paralelamente en el marco de la investigación de la trama rusa el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Michael Flynn.
Ante los acontecimientos, el presidente volvió a rechazar que hubiese ninguna conspiración entre su equipo electoral y Moscú.
“Es una caza de brujas, (…) me siento muy mal por Manafort. No tenga nada que ver con la coordinación rusa (con su propia campaña)”, aseguró el magnate, a quien también le salpicó hoy la declaración de culpabilidad entonada por su exabogado y exescudero personal, Michael Cohen, en Nueva York.
El juicio contra Manafort comenzó el pasado 31 de julio y las deliberaciones del jurado han durado cuatro días, hasta que este martes el jurado se pronunció.
Durante estas semanas, la acusación ha retratado a Manafort como un multimillonario asesor internacional, con gustos exquisitos, que falsificaba documentos para evadir impuestos y realizar fraudes bancarios, una narrativa y unas pruebas que solo han convencido parcialmente al jurado.
Manafort, que se había declarado no culpable de todos los cargos, fue enviado a la cárcel el 15 de junio tras haber intentado influir en las declaraciones de al menos dos testigos, lo que colmó la paciencia de la jueza de su otro juicio pendiente, quien le mantenía el arresto domiciliario desde octubre, cuando se entregó al FBI.
El 17 de septiembre, el estratega afronta su segundo juicio en el marco de la trama rusa, en este caso en Washington, donde se le juzga entre otros cargos por haber actuado como un agente extranjero de forma ilegal.
El fiscal especial Robert Mueller investiga desde mayo de 2017, de manera independiente al Gobierno, los posibles lazos entre miembros de la campaña de Trump y Rusia, a la que las agencias de Inteligencia de EE.UU. acusan de interferir en los comicios presidenciales de 2016.
El mandatario ha tratado de desprestigiar a la causa de Mueller en repetidas ocasiones e incluso ha asegurado abiertamente que se debería acabar con ella.
Manafort supuestamente trabajó entre 2006 y 2017 para Gobiernos extranjeros, incluido el Ejecutivo prorruso del expresidente ucraniano Víktor Yanukóvich (2010-2014), y para oligarcas rusos.
El proceso contra él es producto de la investigación de Mueller, pero no está relacionada directamente con las actividades que desempeñó entre marzo y agosto de 2016 en la campaña del mandatario, donde llegó a ser el jefe hasta que se vio obligado a dimitir por ocultar el cobro de 12,7 millones procedentes de Yanukóvich.
Así, a la espera de que se fije una fecha de sentencia, el veredicto contra Manafort, unido a la declaración de culpabilidad de Cohen, pueden sacudir la Presidencia a poco más de dos meses de que se cumpla el segundo aniversario de la victoria electoral de Trump.