LA MADRE NATURALEZA RECIBIÓ TRES MIL ÁRBOLES EN TEXCOCO

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NO, de ninguna manera soy el “Ecoloco” ni el reportero”Pistachón Zig Zag” solo El Andariego que subió a la montaña de San Jerónimo Amanalco para ser testigo de la siembra de más de tres mil árboles.

Ahí en la tierra sagrada de San Jerónimo Amanalco, en su bosque y manantiales quedaron para siempre esos pequeños tallos verdes que crecerán a través de los años y se fortalecerán como  gigantes guardianes de la naturaleza.

Ahí también quedaron los esfuerzos de los pobladores y de voluntarios de una empresa cervecera que se dedicaron todo un día a sembrar árboles.

Hasta allá, El Andariego, dirigió sus pasos, para ponerse en armonía con la naturaleza, y ser testigo de esta jornada ecológica, con una amplia participación familiar.

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Desde las ocho de la mañana, comenzaron a llegar en autos particulares, en un ambiente fresco, con las nubes que casi podrían tocarse con las manos y soltaban alguna brisna para dar de beber a la tierra.

Al llegar al paraje de Los Manantiales, el rió de aguas cristalinas dio la bienvenida,  junto con los estanques del criadero de truchas de los ejidatarios.

Solo fue llegar y ataviarse con la playera de “Voluntario Modelo”, guantes, una pala y con los árboles las instrucciones de cómo cavar y plantar el árbol.

Así  se multiplicaron las escenas en donde los padres cargaban los árboles y la herramienta ayudados por niños de diferentes edades, quienes luego de cavar, colocaban orgullos un arbolito, a lo largo del arroyo de Los Manantiales.

“Es un orgullo participar y cuidar de estos bosques para que nos sigan dando agua, aire limpio y estos hermosos paisajes”, señaló el señor Aureliano Contreras López.

La Directora de Ecología, Adriana Miranda, tras organizar a los asistentes para que por toda la orilla del arroyo se planta sus árboles, señaló que la participación fue más de la esperada, por ello hizo un llamado para que en las jornadas siguientes asistan y se motiven para seguir manteniendo los bosques de La Montaña de Texcoco.

 

Para la una de la tarde la gente comenzó a regresar, cagando sus palas y bolsas negras con basura, desandando el sendero por donde plantaron encinos, cedros, pinos, árboles endémicos de la región y que la titular de ecología dijo que fueron donados por la Comisión Nacional del Agua y por el grupo de voluntarios.

 

Así con el sol apenas asomándose entre nubes, los más de tres mil árboles fueron acogidos por la madre tierra de San Jerónimo Amanalco, mientras los asistentes se dispusieron a compartir sus alimentos y a deleitarse con los tlacoyos, quesadillas, pan y café de olla que los lugareños venden en el lugar los fines de semana, haciendo de este lugar un atractivo más por conocer y disfrutar en familia la naturaleza de Texcoco.

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