Es horrible ver un anuncio con una estructura visual y mensajes mal trabajados, pero es vergonzoso ver una publicidad que, además de tener mal los mensajes, tiene faltas de ortografía y una severa falta de creatividad. Eso le ocurrió a la propaganda de la Secretaría de Salud en su campaña contra la obesidad, ya que tanto los mensajes como el equipo que los elaboró son espantosos.
Vamos al contexto
Aquí no hay mucho que decir, la realidad es que México, de acuerdo con la UNICEF, es el primer lugar mundial en obesidad infantil, y por eso requerimos urgentemente de campañas de comunicación, para informar a la gente que si no cuida su peso se va a morir antes de lo que seguramente querría, y, además, con un dolor espantoso.
El error (o el horror)
El color quizás puede no gustar, incluso que el anuncio esté en puras mayúsculas puede no ser tan grave, que lo es, pero no tanto. Sin embargo, lo que no podemos pasar de largo es que te pide que no te bajes en tu destino, sino que mejor lo hagas una estación antes para hacer un poco de ejercicio.
Yo quisiera preguntarle a la gente que transita la línea B, si de casualidad bajarse una estación antes y caminar puede ser o no la diferencia entre ser asaltado o algo peor. Para como están las cosas en México eso es bastante probable.
Por otro lado, el Metro no es un medio de transporte confiable, las múltiples fallas que ha tenido, y recientemente, han probado que aunque salgas temprano de tu casa la lentitud del servicio y los fallos mecánicos te retrasan demasiado, y aun sabiendo esto, las personas que trabajaron ese anuncio tienen el descaro de pedirte que te bajes una estación antes.
Además, el anuncio tiene dos horrores ortográficos: estación sin tilde y SOBREPRESO ¡Bravo!
Este no está aquí por errores ortográficos, sino por mala onda.
Ojalá y a la niña del anuncio no la molesten por ser la niña gorda de México. Seguramente la editaron para hacerla ver gordita en la segunda foto, pero que te utilicen de ejemplo de lo peor que te puede pasar si comes mucho no es un gesto agradable.
En términos de publicidad, si vas a hacer un llamado a la acción sobre un padecimiento que puede ser mortal, es mejor no jugar con la imagen de un niño, porque los menores y sus padres se pueden identificar negativamente con la foto e ignorar el mensaje de fondo.
Hay muchos niños en México que sí tienen la complexión de la niña del heladote, y la foto, por el color de fondo y el gesto de la niña, entre otros elementos, está deprimente, medio grotesca, por lo que un niño que se identifique con la foto puede sentirse grotesco, o peor, sus padres pueden verlo grotesco, entonces la audiencia se puede preocupar más por su imagen que por evitar la diabetes, que es el objetivo final.
La publicidad que apela a la negatividad visual ha tenido muchos fracasos, allí tienen el ejemplo de las cajetillas de cigarros con las consecuencias de fumar en exceso. El cáncer de pulmón, pese a los años que ha tenido la campaña, no baja, por el contrario, siguen los millones de muertos.
Las agencias de publicidad y las secretarías de gobierno deben pensar muy bien esta estrategia de comunicación, porque la obesidad es un problema grave que puede explicarse bien mediante unos mensajes claros y amigables, pero hay que hacer las cosas bien, estos anuncios con un poco más de ganas habrían sido mucho mejor, por lo menos no hubieran tenido errores ortográficos.