Ciudad de México.- En compañía de empresarios e inversionistas, el presidente Enrique Peña Nieto presumió los logros de su administración pero ahora en el rubro de las telecomunicaciones.
Según EPN, en los últimos cuatro años el sector ha crecido a una tasa anual del 10 por ciento.
Al respecto se expresó el ejecutivo: la reforma en la materia “ya está produciendo beneficios tangibles para las familias mexicanas. Tan sólo con la eliminación del cobro de la larga distancia nacional, los mexicanos ahorramos 20 mil millones de pesos anualmente.
Sin mostrar cifras ni evidencia alguna, Peña Nieto añadió que las tarifas de larga distancia internacional se redujeron 40 por ciento y los de telefonía móvil 43 por ciento en promedio.
En el salón Adolfo López Mateos, durante la ceremonia por el Cuarto Aniversario de la Reforma en Telecomunicaciones, el mandatario manifestó los beneficios de su reforma.
Sin embargo, los hechos no parecen estar del lado del presidente. En marzo pasado se cumplió el plazo de dos años que se fijó el IFT para revisar qué tan efectivas han sido las medidas.
El IFT reconoció la insuficiencia de su regulación. En la resolución votada por el pleno el 27 de febrero, el órgano regulador llegó a una conclusión contundente. “Se advierte que la situación […] en relación a los servicios fijos [telefonía y banda ancha fija], no ha mostrado avances significativos que beneficien a los usuarios finales”.
Las mejoras no pueden darse por decreto como piensa el presidente. Una pobre competencia no fomenta la baja de precios en el mercado.
Por ejemplo, desde 2012, la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) estableció, en un reporte, que la falta de competencia implica una pérdida de bienestar para el consumidor, equivalente a 1.8% del PIB, resultado de los elevados precios de los servicios y por el número de suscripciones potenciales que no pudieron concretarse dado el nivel de los costos del servicio, principalmente.