MÁS DE LA MITAD DEL ESTADO DE TLAXCALA CON REDES DE TRATA DE PERSONAS

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En el estado de Tlaxcala, más de la mitad de municipios que lo conforman (46 de 60 municipios) familias completas se dedican a crear y fortalecer redes de captura, traslado, y explotación sexual de menores de edad en el país y en el extranjero.

Durante los últimos 20 años diversos informes de la Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (UNODC por sus siglas en inglés); del Instituto Nacional de Mujeres; y de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, sostienen la existencia de un corredor de trata de personas en los estados de Tlaxcala-Puebla, e incluso refieren distintas rutas que utilizan los grupos delictivos para el traslado de las personas, principalmente mujeres y niñas.

Con los años, este negocio ilícito ha ido modificando la forma de captar a sus víctimas. En décadas pasadas los tratantes invertían alrededor de 6 meses para “engancharlas”, a través del enamoramiento y ellas aceptaban irse a vivir con ellos a otros estados, lejos de sus familias, para después, ser sometidas a condiciones de prostitución.

Sin embargo mediante este “proceso de enamoramiento” los tratantes podían alegar ante la ley y las familias de sus víctimas, que ellas estaban “por decisión propia”. Hoy en día es tal el grado de impunidad que los tratantes ya no ven la necesidad de enamorarlas o convencerlas, ahora son espiadas en sus rutinas, en la calles y la mayoría de las veces se utilizan sustancias como el cloroformo para desmayarlas y poder capturarlas. ¿Para qué invertir tiempo en enamorar si nadie va a investigar? lo de hoy es el secuestro.

Datos de la Comisión Nacional de Derechos Humanos revelan que en México, aproximadamente 500 mil personas son víctimas de trata. De éstas, 70 mil son menores de edad explotadas sexualmente, alrededor de 50 mil se encuentran en esta situación en las zonas fronterizas. México se encuentra dentro de los 25 países del mundo con mayor ocurrencia de este delito.

Hoy se conmemora el Día Mundial contra la Trata, proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en la resolución a/RES/68/192, el 18 de diciembre de 2013.

A propósito de la efeméride, Cimacnoticias realizó una investigación sobre víctimas que lograron ser rescatadas de la trata en Tlaxcala, y de las que por seguridad, se omite su nombre verdadero.

KARLA: LA ÚLTIMA FOTO FAMILIAR

Karla desapareció el 13 de enero de 2016 en el municipio de San Pablo del Monte, ubicado en el extremo sur del estado, casi colindando con Puebla. Esa mañana, a diferencia de otros días, la madre de Karla optó por mandarla sola a la escuela. Le dio un teléfono celular para que llegando a la secundaria se comunicara con ella. Pasaron los minutos y las horas y Karla jamás llamó. Su hermano Rafael, fue quien se enteró que su hermana no había llegado a la escuela cuando a la hora del receso, la buscó para darle sus alimentos.

“Karla es una niña tímida. En la escuela lo que me platicaban sus maestros es que se llevaba con todos sus compañeros, muy tranquila. A Karla no le gusta bailar, es buena hermana, para todos lados iba junto con Rafa, peleaban, pero al ratito se abrazaban. Era muy cariñosa, le gustaba escribirme cartas, me escribía que me agradecía mucho por haberle dado la vida, que me quería mucho, se disculpaba porque a veces tenía arranques de enojo. Es una excelente hija, con defectos y virtudes, pero yo así la quiero, recordó en entrevista la madre de Karla, Olga Tezmol.

Y es que desaparecer en Tlaxcala es diferente a hacerlo en otra entidad del país, dice enfática la coordinadora jurídica de la Red Retoño, Miriam Pascual Jiménez, quien en entrevista, afirmó que cada vez se reduce más la edad de las mujeres que desaparecen.

Desde hace 3 años en la Ciudad de México surgió la organización civil “Red Retoño para la Prevención Social de la Delincuencia Organizada”, que realiza búsquedas de mujeres y niñas víctimas de desaparición con fines de trata para explotación sexual comercial. En este periodo han logrado rescatar siete niñas originarias del estado de Tlaxcala,

“Los informes de hace 10 años establecen un margen de 18 a 25 años, cuando desaparece Karla se inició una discusión entre las organizaciones sociales porque consideraban que el rango de edad (11 años) no concordaba con los registros anteriores de las víctimas de trata. A partir de los distintos casos que nos han llegado nos damos cuenta que la amplitud y diversificación de las víctimas también se va transformando. A partir de los patrones de impunidad, crece el negocio y el perfil de las víctimas”, sostiene.

Desaparecer en Tlaxcala debería implicar una situación de búsqueda urgente, pero en la realidad esto no sucede así, y ejemplificó que en el caso de Karla, la entonces procuradora de Justicia de la entidad, Alicia Fregoso, descartó iniciar una averiguación ya que argumentó que no había delito que perseguir por la desaparición de una niña de 11 años en San Pablo del Monte, un municipio que además, ha sido señalado por diversas organizaciones civiles con trabajo en trata, como un foco rojo.

“La extraño, extraño escucharla gritando por toda la casa”, comentó la madre de Karla al ser entrevistada dentro de la estética que lleva el nombre de su hija, quien la ayudaba por las tardes a hacer cortes de cabello y peinados.

“Hay altas y bajas, a veces Rafa también siente el vacío, me dice que se siente muy solo, que por qué le quitan a su hermana, y a veces cuando me tengo que ausentar para buscarla, él lo siente, me lo dice: ´cuando te vaya s a buscar a mi hermana avísame porque te vas y no me avisas, y cuando yo despierto ya no tengo mamá´”.

Para la familia de Karla la vida social terminó, su ausencia los ha alejado de las reuniones familiares. “La última reunión que tuvimos fue dos días antes de su desaparición, nos tomamos una foto familiar en el bautizo de su hermanita de un año de edad en aquel entonces, es la última foto de Karla con nosotros”.

EMMA: CUANDO LA AUTORIDAD NO HACE NADA

“Soy originaria de San Pablo del Monte, Tlaxcala, tengo más niñas y no quiero que les suceda lo mismo que a Emma, acá en San Pablo hay muchas niñas que se están perdiendo, agradezco a mis familiares y amigos, gracias a ellos se rescató a mi niña, la autoridad no hizo nada”, dijo en entrevista Magdalena, madre de Emma G.

Emma desapareció el 7 de diciembre del 2016, a unos metros de su casa mientras caminaba rumbo a la escuela. Fue golpeada y arrastrada hasta un vehículo donde la subieron a la fuerza y la trasladaron.

“Mi vida antes de ese día era tranquila, segura, era todo normal, pero a partir de lo que sucedió ya no estoy tranquila, mi hija no es la única, y sigue sucediendo lo mismo, hay varias desaparecidas. Ahora ya no las dejamos ir a la tienda solas, ni a la escuela, la gente esa no tiene corazón de lo que hacen. Ahora salimos con miedo, ya no podemos confiar en nadie”, comentó.

Convencida de que las autoridades no realizarían ninguna investigación ni búsqueda de su hija, fue a través de conocidos que Magdalena se enteró del caso de Karla y se puso en contacto con su madre Olga Tezmol, quien a su vez, la canalizó con la abogada de la “Red Retoño”, Miriam Pascual Jiménez, quien después de una búsqueda inmediata realizada en conjunto con familiares y amigos, lograron encontrar a Emma en el estado de Puebla, al día siguiente de su captura, alrededor de las 10 de la mañana. Tenía signos de violencia física y sexual.

“Dado que las víctimas son trasladadas a otros países, la implementación de un protocolo de búsqueda inmediato es imprescindible. Dicen, se fue con el novio. El novio generalmente en Tlaxcala es enganchador, hijos de los que les llaman padrotes, o son novios que tienen 40 ó 50 años y las niñas tienen 15 o menos, el no vislumbrar esto fortalece el problema”, acotó Pascual Jiménez.

“Generalmente en todos los estados se da la cuestión de estereotipos de género, esto de se fue con el novio, seguro está de fiesta, habla de que las autoridades al subestimar una situación de riesgo facilitan o pierden horas trascendentes, en algunos casos ha habido situaciones en donde las víctimas son encontradas asesinadas, y se convierten en víctimas de feminicidio”.

A partir de estos acontecimientos, un grupo pequeño de familias, víctimas indirectas y víctimas directas, están en contacto constante para realizar acciones grupales como terapias psicológicas o convivencias en sus hogares. Magdalena, la madre de Emma, narró que a partir de esas juntas que promueven la unidad entre las afectadas, se siente un poco más tranquila, ya que entre ellas pueden expresarse y sacar el dolor que esto les provoca.

“Para mi Tlaxcala no es un pueblo seguro, es un pueblo de corruptos, ni en la policía puedes confiar. Lo que ellos ven lo callan, y se alían con los delincuentes. Tlaxcala ya no es un lugar seguro. Aquí lo que reinan son los padrotes, son gente sin corazón”, afirmó.

SILVIA: FIRMAR EN BLANCO

“Soy originaria de San Pablo del Monte, Tlaxcala, me gustaría no mostrar mi rostro, tengo mucho miedo”, pidió durante la entrevista, Juana, madre de Silvia F.

Silvia desapareció el 13 de marzo de 2017. Fue enganchada por su tratante por medio del enamoramiento quien logró que se fuera de casa sin avisar a sus familiares, dos días después de haber cumplido los 18 años. El tratante, a quien apodan “el enano”, tiene aproximadamente 40 años de edad. Trabajaba en Puebla, cerca del puesto de comida donde Silvia laboraba.

Juana se enteró por el empleador de su hija Silvia, Alejandro, que “el enano”, había estado acosando a su hija, así que decidida, recolectó datos importantes y presentó una denuncia en su contra. Silvia se comunicó con su mamá y la amenazó con no volver a su casa si no se retractaba de la denuncia.

El 14 de marzo, “el enano” llevó un video al negocio del empleador de Silvia, donde ella aparece llorando y pidiendo que “la dejara vivir su vida”. El mensaje del tratante fue contundente para Juana: si quería volver a ver a su hija debería retirar la demanda, de otra forma, nunca la volvería a ver.

Fue entonces cuando Juana acudió a la Procuraduría General de Justicia del Estado de Tlaxcala, entonces a cargo de Tito Cervantes Zepeda, actualmente secretario de Gobernación de la entidad. Ahí relató las amenazas e intimidación por parte de “el enano”. Agentes al mando de Cervantes Zepeda le solicitaron firmar una hoja y le dijeron (a Juana) que “todo estaba en orden”. Pero Juana no sabe leer ni escribir, así que firmó el documento con su huella dactilar.

El 22 de marzo Juana, acompañada por la abogada Miriam Pascual Jiménez, se trasladaron a la oficina del procurador Tito Cervantes, quien las atendió personalmente. Ahí, Juana se enteró que la investigación sobre la desaparición de su hija estaba cerrada debido a que los policías a cargo del caso la habían reportado como localizada.

Les mostró la declaración firmada por Juana, aquella que plasmó con su huella, donde decía que “era de su conocimiento que su hija se encontraba sana y salva, y que daba a su hija reportada como localizada”.

Dos meses después y con la ayuda del empleador de su hija, Alejandro, y la “Red Retoño”, Juana dio con el paradero de su hija. “La encontramos en un cuarto horrible tirada en el piso”. Negociaron su libertad y su tratante decidió entregarla porque estaba embarazada de él.

JUDITH: LAS REDES QUE LLEGAN A LA CIUDAD

“Tengo 16 años, soy de Tlaxcala. Vivo con mi hermana, mi mamá y mi papá. No quiero hablar de cómo son mis padres, ellos no saben mucho de mí, no tienen mucho que decir, supongo que dirían que soy callada”, comentó en entrevista Judith.

Ella es una adolescente que fue raptada al salir de su trabajo el 8 de enero del 2018. Fue trasladada inmediatamente a la Ciudad de México por medio de las redes de trata de personas.

Su padre, José, describe a su hija como “una persona sencilla. Le gusta mucho leer, le gusta demasiado escribir, la mayoría del tiempo le gusta convivir con su familia. Es muy inteligente. Por el problema que pasó decidimos que de momento no fuera a la escuela por cuestiones de seguridad. Prácticamente ahorita está todo el tiempo con nosotros”, dice en entrevista.

A los dos días de su desaparición, sus familiares dieron con su paradero en la capital del país. Con la ayuda de la procuraduría capitalina, fueron trasladados a la Ciudad de México donde las labores de rescate se dieron el 10 de enero.

A pesar de lo que vivió Judith tiene grandes expectativas de vida y se muestra entusiasta con su futuro. Ha ido recuperando poco a poco la confianza en sí misma y tiene planes de estudiar una licenciatura en administración.

“Ahorita me puse una meta, terminar la preparatoria. Mi segundo propósito es entrar a la universidad, quiero estudiar administración de empresas”.

También le gustan las artes. Dibuja y escribe, incluso creó un personaje literario que llamó “Emef”, a quien dibuja con su cabello castaño con unas mechas más largas que otras, tez morena, con un semblante serio que sólo muestra su alegría con su hermana menor. “A veces tiene miedo de que todo explote dentro de ella pero al final termina superándolo”, contó Judith.

“Me gusta sentir y saber que está bien lo que yo hago, confiar en mí misma, sin necesidad de que los demás vengan a decirme a cada rato que todo estará bien”, agregó.

ESTADO OMISO ANTE DESAPARICIÓN Y TRATA

En agosto del 2017, organizaciones civiles de Tlaxcala presentaron ante la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres (Conavim) la segunda petición para activar la Alerta de Violencia de Género (AVG) por la desaparición de niñas, adolescentes y mujeres para toda la entidad, pues únicamente de 2016 a agosto de 2017 se contabilizaron 35 casos.

La primera solicitud se realizó un año antes, en agosto de 2016 por la organización “Todos para Todos”, quien la pidió para 13 municipios de la entidad donde han localizado organizaciones delincuenciales dedicadas a este delito.

Sin embargo, ambas solicitudes fueron negadas bajo el argumento de que no había “elementos suficientes” para mantener al estado en Alerta.

Como resultado de la primera solicitud, el estado de Tlaxcala debió haber creado una Fiscalía Especializada para la Investigación de los Delitos en Materia de Trata de Personas, un protocolo para identificar víctimas de trata, acciones en las rutas de movilidad de trata de niñas y mujeres identificadas, y una base de datos sobre los tipos de violencia contra las mujeres en el territorio.

Como ocurre en la mayoría de los casos, son las organizaciones civiles quienes desempeñan el papel que corresponde al Estado, como la “Red Retoño” cuya presencia se ubica en los estados del centro y sur del país por la alta incidencia de este delito.

La abogada Miriam Pascual Jiménez afirmó: “hago esto porque soy mujer, porque las mujeres de mi familia muchas de ellas fueron obligadas al matrimonio forzado desde los 11 años, es una forma de violencia muy parecida a la trata, y porque siento un compromiso social de vida con otras mujeres. El decir si tocan a una nos tocan a todas, parece eslogan, pero en realidad es trascendente, cuando lastiman a una mujer, a una niña, la siguiente puedes ser tú, tu hija, tu nieta”, concluyó.

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