Hay una pregunta común que sobrevuela los centros de enseñanza y las redacciones de los medios de comunicación en la última década: ¿Me puedo fiar de Wikipedia?
Como suele pasar en muchos casos, la dificultad no reside en encontrar la respuesta justa, sino que el problema radica en formular correctamente la pregunta. Así que, empecemos.
Pero, ¿qué es Wikipedia?
La respuesta más habitual es “una enciclopedia”. Y comienzan aquí los problemas. La idea común de enciclopedia nos evoca la imagen de un sesudo texto, redactado con un notorio tono académico, que recoge el estado actual del conocimiento sobre diferentes temas. A esa visión se une la sensación de autoridad, de que el texto que se está leyendo es fiable porque lo han escrito unos expertos. La típica imagen del sabio de los siglos XIX y XX, popularizada por el cine o la narrativa escrita.
Wikipedia no es una enciclopedia de este tipo. En primer lugar, y aunque ofrece a sus lectores la metáfora de la enciclopedia, es mucho más amplia y extensa que una enciclopedia, y su cobertura va resultando, poco a poco, infinitamente mayor. Es posible encontrar en sus recovecos información y datos que difícilmente están disponibles de forma elaborada y compendiada en otros lugares.
En segundo, porque debe ser considerada un producto de la sociedad-red, como diría Manuel Castells. Y, como tal, es creada, elaborada, corregida y ampliada por sus propios usuarios.
En Wikipedia escribe cualquiera…
Pues sí, y no. Es cierto que cualquier usuario puede editar contenidos de Wikipedia, y esa es precisamente la idea de base de los procesos de edición colaborativa que se utilizan en muchos contextos, no sólo en Wikipedia. Pero no es menos cierto que la propia comunidad se ha dotado de un conjunto de reglas que rigen los procesos de redacción, elaboración, publicación y documentación de los artículos.
(Con información de mundo.culturizando)