cuando Ian Joshua tenía 4 años de edad le diagnosticaron catarata nuclear congénita bilateral, por lo que comenzó a tener deficiencia visual en ambos ojos, su problema de vista lo mantenía alejado de juegos, estudio y de llevar una vida normal como cualquier niño de su edad.

Así, pasó prácticamente cuatro años de su vida. Al cumplir los 8 años sus padres lo llevaron a la Unidad de Medicina de Atención Ambulatoria (UMAA) 199 IMSS Estado de México Oriente, donde le diagnosticaron “catarata nuclear congénita bilateral”, se realizaron las gestiones necesarias y se interviene por primera vez colocándole un lente intraocular en el ojo derecho el 30 de enero de 2017.

Un mes después, el 8 de febrero de 2017, se valora cirugía de ojo izquierdo realizándose facoemulsificación (técnica quirúrgica) de catarata y se le coloca un lente intraocular, sin complicaciones.

Posteriormente a Ian Joshua se le cita el 16 de marzo del 2017, para que los especialistas oftalmólogos lo valoricen, diagnosticándole una “evolución satisfactoria con agudeza visual en ambos ojos de 20/40, con corrección visual aérea”, los médicos le dicen que puede reincorporarse de manera normal a sus actividades escolares. Noticia que el pequeño festejó con su familia.

Los oftalmólogos tras recomendarle los cuidados necesarios lo citan el 13 de junio de 2017, para que Ian Joshua sea sometido a una nueva valoración. Los especialistas al examinarlo ven que la evolución es satisfactoria, no obstante en una segunda apreciación se le detecta nuevamente la opacidad en ambos ojos, por lo que es candidato a capsulotomía (laser yag para hacer una abertura en la cápsula nublada) en ambos ojos.

Al contar con un aparato laser yag de tecnología de punta en la UMAA 199, se cita al paciente el pasado 17 de abril del año en curso y se le realiza la capsulotomía de ambos ojos sin complicaciones. Siete días después, se le realiza valoración post-capsulotomía, encontrando una evolución satisfactoria con agudeza visual en ambos ojos en 20/30 con corrección visual aérea.

Cabe señalar que Ian Joshua cuenta ya con 11 años de edad y, como todos los niños, ha emprendido una vida normal, en la que el juego, la tecnología y el estudio los disfruta con ímpetu, entusiasmo y fogosidad. El Día del Niño para él ya no será en tinieblas sino con una intensa luminosidad que se refleja en su rostro infantil.