México y Estados Unidos (EU) entraron en una guerra comercial al imponerse aranceles unos a otros, con los mayores daños para los consumidores de ambos países.
La decisión de EU de imponer a partir de este 1 de junio aranceles de 10% al aluminio y de 25% al acero mexicanos llevó al gobierno mexicano a anunciar medidas similares en represalia por las acciones que llamó injustificadas e inadecuadas.
Para el representante del Consejo Nacional de Organizaciones Ganaderas (CNOG) en las negociaciones del TLCAN, Salvador Álvarez Morán, se trata de una guerra comercial que dificultará aún más el diálogo para alcanzar un nuevo acuerdo comercial con los estadounidenses. ”Es como una guerra, pero sin armas”.
Para el coordinador del Laboratorio de Análisis de Comercio, Economía y Negocios (LACEN), Ignacio Martínez, “con estas medidas, EU afectará en México la producción de las industrias de autopartes, electrónica, electrodomésticos, de la construcción, (semi) conductores, siderúrgica, alimentos enlatados, entre otras”.
El presidente de la Cámara Nacional de Industriales de la Leche (Canilec), Miguel Ángel García Paredes, dijo que para México se abre una oportunidad porque con la decisión de imponer aranceles a los quesos estadounidenses se podrá vender más productos nacionales.
“Los quesos que más importamos es para ‘food service’, hoteles, restaurantes y comida rápida, mozarella para pizza, gouda, queso crema, Monterrey Jack y parmesano” y agregó que el 75% del total de quesos de importación vienen de Estados Unidos.