Coahuila.- Convertida en un mar de lágrimas fue encontrada una viejecita de 70 años de la colonia Buenos Aires, que lloraba desconsolada porque su hijo le tapó las ventanas de su casa para ya no tener que verla, ni tampoco que ella se asome a su casa.
El singular hecho ocurrió la noche del lunes en la calle Eulalio Gutiérrez, número 2206, hogar de Francisca García Morales, una dulce viejecita de 70 años de edad, que su único pecado es preocuparse por su hijo.
Con lágrimas que le recorrían los surcos de la cara, la viejecita explicó que su hijo es su vecino y ayer cerca de las 22:30 horas comenzó a taparle las ventanas porque ya no quería verla.
Inicialmente los vecinos pensaron que la mujer estaba siendo desalojada de su casa, por lo que solicitaron el apoyo de una patrulla.
Al llegar al domicilio, los representantes de la ley escucharon esta triste historia y con un nudo en la garganta trataron de consolar a la viejecita.
“Mi hijo Enrique Rodríguez García, me tapó la ventana porque dice que no quiere verme, que le molesta que me asome para su casa”.
Los representantes de la ley, al ver que se trataba de una cuestión familiar se retiraron del lugar, dejando a la mujer llorando en la banqueta.
Los vecinos se acercaron para consolarla y varias horas más tarde lograron convencerla de que se metiera a dormir, ya mañana será otro día.
Mi hijo Enrique Rodríguez García, me tapó la ventana porque dice que no quiere verme, que le molesta que me asome para su casa”.