“Nada mas estamos pensando en que momento van a trabajar más y en que momento se va a caer nuestra casa”, lamentó la mujer, quien vive en la zona desde hace 27 años.
Creación de empleos, mayor inversión y progreso, son algunas de las promesas que citan con mayor frecuencia los defensores del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM), y aunque muchos mexiquenses confían en que así suceda, lo cierto es que actualmente esta mega obra sólo le ha quitado el bienestar a pobladores de Tezoyuca, donde abundan minas pétreas creadas para abastecer de material a las obras del gran proyecto impulsado por el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto.
De acuerdo con un reportaje del noticiero En Punto, de Televisa, debido al elevado contenido de agua, salinidad, potencial deformación y baja resistencia al esfuerzo, que caracterizan al suelo donde se construirá el NAICM, se requieren millones de toneladas de tezontle y basalto para cimentar las pistas.
Dicha situación ha derivado en el surgimiento de decenas de minas pétreas que dañan el medio ambiente y la vida de quienes viven en la región nororiente del Estado de México.
“Con este ruido [de la maquinaria de excavación] ya no se puede dormir. Todo el día es un ruido, desde en la mañana hasta en la tarde”, aseveró Magaly, habitante Tezoyuca.
Ella y su familia viven al borde del precipicio, ya que su casa está a 3 metros de la mina ubicada en un predio de propiedad federal, con una superficie de 42 hectáreas, explotadas por la empresa Martínez y Villegas, en el cerro del Tezoyo.
“Nada mas estamos pensando en qué momento van a trabajar más y en que momento se va a caer nuestra casa”, lamentó la mujer, quien vive en la zona desde hace 27 años.
Antes de que se iniciaran las obras del NAICM, el lugar “era una lomita, era un cerro muy bonito, muy agradable […]. Ya estaba esta mina pero empezó a trabajar mucho después […]. Empezaron a sacar demasiado material […], empezó a avanzar, avanzar hasta que ya esta como ahorita”, comentó Magaly.
Según los pobladores, el 30 por ciento del socavón, ubicado a 20 kilómetros del nuevo aeropuerto, es producto de la sobreexplotación que inició a finales de 2015 y que, hasta ahora, ha afectado directamente 60 viviendas.
“Con las vibraciones de todo el día su propiedad su humilde casa está totalmente fracturada […] ya se alcanza a ver perfectamente bien de adentro hacia afuera”, denunció Magaly.
Cientos de minas pétreas engullen paulatinamente los cerros de la zona nororiente del Estado de México. Estas minas proliferaron desde octubre de 2015, tras anunciarse la construcción del NAICM.
Esa obra, “requiere de material pétreo, específicamente tezontle y basalto”, afirmó Octavio Jiménez, integrante del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra.
En una primera etapa se necesitan más de 34 millones de metros cúbicos de material pétreo para cimentar calles de rodaje, plataformas y pistas.
“Lo que eso produjo es que extensiones amplias del territorio empezaran a verse saturadas por muchas minas”, afirmó Jiménez.
Cifras oficiales ubican 157 minas de basalto y tezontle en un radio de 50 kilómetros del nuevo aeropuerto, sin embargo, pobladores de la región afirman que el número de minas es mayor, pues de 2015 a la fecha decenas se han sumado a la extracción de materiales, afectando a comunidades de al menos 40 municipios mexiquenses, en su patrimonio y medio ambiente.