Moreno Valle quiere reelegirse mediante su esposa, busca la presidencia para el 2024

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Puebla.- En esta entidad federativa los comicios se encaminan a convertirse en una suerte de referéndum en el que los electores decidirán si Rafael Moreno Valle consolida su cacicazgo mediante un familiar tan directo como su esposa, Martha Erika Alonso, pieza fundamental para su proyecto político con miras en las elecciones presidenciales de 2024.

Aunque el exgobernador panista, ahora candidato plurinominal al Senado, concluyó su sexenio en febrero de 2017, sectores locales dan por hecho que ha mantenido el control político durante el corto mandato (de casi dos años) de Antonio Gali Fayad.

“En los hechos, Moreno Valle sigue gobernando Puebla porque sabemos que Antonio Gali es sólo un encargado de despacho. Lleva casi ocho años mandando y se va a aventar 14 años en el poder si gana Martha Erika Alonso”, advierte Manuel Carmona, vocero del recién creado Movimiento Antirreeleccionista Poblano (MAP).

Abogado de profesión, Carmona forma parte de un grupo de ciudadanos que se vieron motivados a incursionar en el activismo político al percatarse de que las próximas elecciones poblanas pueden implicar un retroceso para la democracia.

“Un voto para Martha Erika es un voto para la reelección de Moreno Valle”, es el mensaje que divulga el MAP entre la ciudadanía. La organización, incluso, busca llevar al Senado una iniciativa que ponga candados legales a casos como los de Puebla y Veracruz, donde también el gobernador pretende perpetuarse en el poder mediante su hijo.

El MAP está integrado por grupos que se consideran agraviados por el morenovallismo, como burócratas despedidos o quienes fueron presos políticos; también por habitantes de poblaciones reprimidas, ambientalistas y usuarios afectados por la privatización del agua, entre otros.

El Instituto Electoral del Estado de Puebla, alegando razones de violencia política de género, prohibió a los candidatos a la gubernatura de la coalición Juntos Haremos Historia, Luis Miguel Barbosa, y del PRI, Enrique Doger, exponer en sus campañas la relación marital entre Alonso, candidata de la coalición por Puebla al Frente, y el exgobernador Moreno Valle.

Sin embargo, la posibilidad de que esto implique una “reelección disfrazada” se ha convertido en el tema central de la contienda en esta entidad, que es cuna de los hermanos Serdán, mártires del movimiento antirreeleccionista revolucionario.

Para Juan Luis Hernández Avendaño, politólogo y académico de la Universidad Iberoamericana Puebla, las votaciones en este estado y en Veracruz, donde es candidato a gobernador el hijo de Miguel Ángel Yunes, serán un referéndum sobre si dos familias (los Yunes y los Moreno Valle) consolidan sus cacicazgos regionales.

“Es preocupante –alerta– porque se entendería que México debería de avanzar hacia procesos de democratización, y lo que estamos observando son procesos de regresión autoritaria muy severos, en los que las familias y grupos buscan enquistarse en el poder para generar cacicazgos locales.”

Considera que particularmente el escenario electoral poblano es muy similar al de 2010, cuando había una hegemonía priista liderada por el entonces gobernador Mario Marín, quien hacía de todo para quedarse en el poder, y una ola de ciudadanos deseosos de un cambio a la cual “se subió” Moreno Valle.

Pese a que la candidatura de Barbosa no representa el mejor perfil para un cambio, agrega el académico, el senador con licencia se ha beneficiado no sólo de un realineamiento antimorenovallista, sino del tsunami generado por la candidatura presidencial de Andrés Manuel López Obrador, quien en Puebla tiene más de 55% de las preferencias.

Con info de proceso revista

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