El incidente registrado recientemente contra la precandidata a la alcaldía de Caborca, Sonora, por el Movimiento Ciudadano, fijó el nivel de violencia a la que podrían estar expuestas las mujeres durante el proceso electoral de 2018.
Patricia Azcagorta Vega denunció la violencia política de que fue blanco y aclaró que no se retirará porque la hayan atacado.
La agresión, que debe entenderse en el contexto de la participación política, fue de tipo sexual, psicológico, moral, con fuerte dosis de discriminación.
El modus operandi fue utilizar las redes sociales para difundir fotos individuales extraídas de su cuenta personal de Facebook, así como un video erótico a través de whatsapp del cual se pretendía hacer creer que la protagonista era ella, cuando en realidad es una modelo brasileña.
Armado como un paquete de fotos y video, pretendían establecer que por ser una mujer con un físico determinado, no era la persona adecuada para gobernar porque una mujer así no tiene la capacidad para hacerlo.
Tomando el esquema más rudimentario de los estereotipos de género, quienes están contratados para violentar a las mujeres que participan en la vida política pública, decidieron que una ropa ajustada y determinadas posiciones tomadas en contextos del ámbito personal, eran suficientes para desalentar a sus seguidores.
Sin embargo, la estrategia solo logró consolidar la preferencia del potencial electorado en Caborca, en donde las encuestas favorecen a la precandidata, ahora registrada como tal.
“Los ataques vienen de nuestros contrincantes porque nos tienen miedo, ya que Patricia Azcagorta va a cambiar el futuro de Caborca”, afirmó en rueda de prensa la precandidata.
Licenciada en Derecho por la Universidad de Sonora, y ex directora del registro civil de Caborca, Azcagorta acudió a registrarse para contender internamente por la candidatura de su partido político para la alcaldía.
Lo hizo un día después de la campaña que pretendía mermar su ánimo y pretensiones, sin lograrlo.
Mostrando gran aplomo, y flanqueada por sus compañeras de partido, demostró que las mujeres pueden conservar el temple a pesar de saberse en el blanco de las violencias.
Este caso también probó al partido que la respalda, pues como primer ataque del presente proceso electoral, la postura de éste era fundamental.
La coordinadora estatal de Movimiento Ciudadano, María Dolores del Río, calificó de imprudente y grosera la forma en que se trató de manipular la información, tratando de hacer creer que el video erótico era protagonizado por Patricia Azcagorta.
Consideró que esos ataques forman parte de la violencia política a la que están expuestas las mujeres. “A las mujeres se les acosa, lo del video falso es un mal mensaje para las mujeres”, indicó.
Parecería que se pretende desactivar su participación, y manifestó que le da mucho gusto que la precandidata haya mostrado valentía ante la situación.
La coordinadora estatal dio su respaldo incondicional y anunció que no quedará en incidente, sino que presentarán la denuncia correspondiente.
Por su parte, ante las descalificaciones que acompañaban a las fotos personales de Azcagorta, cuestionando su capacidad para gobernar, señalando que solo contaba con un físico atractivo, la coordinación nacional de Mujeres en Movimiento, emitió un pronunciamiento.
En el comunicado extendió su total apoyo a la precandidata a la presidencia municipal de Caborca, a la vez que hizo un llamado a las autoridades a que se apeguen al protocolo de investigación de violencia política contra las mujeres, y se sancione a quien corresponda.
Fue víctima de violencia política en razón de género al ser juzgada no por su competencia, sino por sus atributos físicos, sin tomar en cuenta su capacidad para asumir el cargo como sí se enaltece en el caso de los varones.
En el comunicado expresan que demandan que, apegados a la segunda versión del Protocolo para la Atención de la Violencia Política contra las mujeres en razón de género presentado en noviembre pasado, el Instituto Nacional de las Mujeres, el Instituto Nacional Electoral y la FEPADE, coadyuven a este fin.
Se opusieron a la sexualización y cosificación de las mujeres, así como a ser violentadas en sus Derechos Humanos.
Hace tres años, en el proceso electoral intermedio varias candidatas sufrieron ataques principalmente de carácter comunicacional.
Sin embargo, ningún partido salió a defenderlas ni a respaldarlas.
Cierto, no había protocolo para atender la violencia política contra las mujeres, pero nadie emitió ninguna postura, ni siquiera las candidatas.
Hoy contamos con uno nacional y otro estatal. Este incidente de violencia política marca el inicio de la guerra electoral contra las mujeres que hoy sí, por ley, van por la mitad de las posiciones. Este partido se pronunció listo para defender a sus candidatas. ¿Lo estarán todos los partidos, o callarán como lo han hecho antes?