Dos pugs de nombre Dalí y Gala, así como los dálmatas Bongo y Becky y su cachorro
Cinco perros, entre ellos dos pugs y dos dálmatas con uno de sus cachorros, además de un gato, esperan ser rescatados en el techo de una vivienda de Tula, Hidalgo, luego de que la inundación en el centro de este municipio cubrió prácticamente toda la casa de cuatro metros de altura.
La vivienda quedó prácticamente en medio de la corriente del río Tula, luego de que la noche del lunes se desbordó; el agua todavía hasta hoy corre a gran velocidad.
Noé Ricardo Lugo, un joven de 24 años que vive en esa casa, aseguró que ya solicitó ayuda a Protección Civil del municipio, pero no ha obtenido respuesta.
Aseveró que los perros llevan ya dos días sin comer y resguardados en la azotea, asustados y expuestos si el nivel del río sube aún más.
Los pugs se llaman Dalí y Gala, los dálmatas se llaman Bongo y Becky y su cachorro, Capitán. La noche del lunes, la familia de Noé, sus dos padres y su hermana, evacuaron su vivienda debido a que el río Tula, que está junto a su casa, se desbordó por las intensas lluvias e inundó su vivienda en muy pocos minutos.
“Yo vi cuando se empezó a desbordar el agua, entré y avisé a mis familiares y cuando salimos, el nivel del agua ya nos llegaba a un metro”, platica.
Su papá y él despertaron a su mamá y su hermana para poder evacuar a tiempo.
“No rescatamos nada porque entras en un modo de desesperación bastante feo, no piensas más que en rescatar a tu familia, en sacarlos y que estés bien”, dice.
Afortunadamente, comenta, estuvieron pendientes de las lluvias por si se desbordaba el río, “si no, nos hubiera agarrado durmiendo”.
A los perros los subieron a la azotea y ellos decidieron irse a la casa de otro familiar, lejos de la zona de inundación.
No esperaban que el agua durara tanto, pero después de dos días, no han podido acercarse a su propiedad para rescatar a sus perritos.
“El primer día bajó el nivel del agua y estaba tratando de conseguir lazos para tratar de sacar a mis cachorros, pero no pude conseguir y hoy son mi principal preocupación, tratar de sacarlos, llevan dos días sin agua ni alimento”, expresa.
Ahora, Noé está tratando de conseguir ayuda con asociaciones que quieran sacar a los cachorros.
“No tuve mi tiempo de decirles nada, solo intenté asegurarlos y que estuvieran bien, fue un momento en que les di la espalda y los observo desde aquí”, dice desde un montículo a unos metros en donde el joven y su padre han permanecido cuidando a sus perros y su propiedad.
“No esperaba que la inundación fuera de esta magnitud; hace 15 años hubo otra pero fue de metro y medio y el nivel del agua bajó enseguida, lo de hoy ya es irreal”, lamenta.