El menor habría ingresado de manera irregular a la prisión
Luego de que el Centro de Reinserción Social (Cereso) de San Miguel, Puebla, volviera a estar en la mira tras el hallazgo del cadáver de un bebé, el pasado 14 de febrero se dio a conocer que la víctima habría estado dentro del penal 24 horas antes de su localización.
Así lo dio a conocer el titular de la Fiscalía General del Estado (FGE), Gilberto Higuera Bernal durante su comparecencia ante el Congreso local; mencionó que antes de que fuera hallado en el contenedor de basura en el Cereso, el cuerpo ya había pasado un día y una noche dentro del lugar, esto de acuerdo con los datos recabados durante la investigación.
“Logramos establecer que una persona de sexo femenino logró introducir el cuerpo con complicidad de custodios y logramos establecer también cómo fue que después de tenerlo ahí un día, una noche, al día siguiente lo depositaron en ese contenedor, también identificamos a la persona que lo depositó” declaró el titular de la FGE.
Cabe resaltar que a la fecha el caso es considerado como “esclarecido” y por el cual se ejerció acción penal en contra de todos los responsables, entre ellos, a personal del penal que habrían sustraído el cuerpo del bebe del cementerio.
De acuerdo con los reportes de autoridades ministeriales de Puebla, el menor habría ingresado de manera irregular a la prisión, ya que no apareció en los registros, además de que por la pandemia de covid-19 no se permite el ingreso de menores.
Posteriormente, la Comisión de Derechos Humanos (CDH) de Puebla reveló que el menor habría sido localizado un día antes, el lunes 10; mientras que la información del gobierno estatal y organizaciones no gubernamentales indicaron que el bebé fue hallado el martes 11 de enero.
El día 22 de enero la Fiscalía General del Estado (FGE) de Puebla informó que el bebé hallado muerto al interior del penal fue identificado y correspondía a un cadáver que fue exhumado en un cementerio de Iztapalapa, en la Ciudad de México. El menor habría nacido el 4 de octubre de 2021 y según la familia de la víctima, falleció por problemas intestinales, siendo enterrado un día después en el panteón de Iztapalapa. Posteriormente la Fiscalía de Puebla entregó el cuerpo del bebé a sus padres luego de que se confirmara su identidad.