El viernes, María Bernarda Aguirre, una mujer de 85 años de edad, fue desalojada de su vivienda en la colonia Doctores, en la alcaldía Cuauhtémoc, pese que está contagiada de covid-19.
Tras más de 60 años de vivir ahí y pagar una renta de 2 mil pesos, María detalló que fue sacada por la fuerza sin previo aviso, por los hijos de los dueños ya fallecidos.
“Pues vinieron cerca de siete mujeres y un actuario. Se me metieron con violencia, eran cerca de las seis de la mañana. Estoy enferma de covid, les dije que tenía covid, que no me podía salir y así me sacaron”, recordó.
Estas personas llegaron supuestamente con una hoja firmada, misma que no pudo leer doña María. Ella asegura que nunca dejó de pagar su renta, por lo que no entiende por qué la desalojaron, ya que ni sellos de clausura tiene el domicilio.
“Llegó un momento en que nos estuvieron cobrando la renta pero ya no nos dieron recibo de renta. Nos hacían depositarle al número de cuenta de la esposa de uno de los hijos del dueño. Supuestamente el actuario me enseñó un papel en donde venía el oficio que nos tenía que sacar, pero mi error fue que no lo leí”, dijo Sandra Verón, hija de María.
La señora María se niega a abandonar sus pertenencias, sin recursos para trasladarse a refugiarse en otro lugar, permanece ahí. Y aunque duerme al intemperie, ninguna autoridad se ha acercado a ella para ofrecerle ayuda.
“Aquí me he dormido, la primera noche del desalojo nos prestaron una casita de campaña chiquita, nada más que ya se la llevaron. Bendito a Dios, me han ayudado, hasta con medicina para amenizar la enfermedad”, expresó.
Ahora su hija, quien se dedica al comercio informal, no sabe qué hacer, pues ella también salió positiva a covid-19, y no quiere que esta situación se agrave. Por su madre dice ser una mujer necia y luchará por lo que necesita “antes de que ella muera”.
Todos sus muebles, electrodomésticos, ropa y mascotas, están arrumbadas a mitad de banqueta. Doña María come y duerme ahí, por lo que su hija teme que su salud empeore.
“Que me regresen a mi casa, ahí en lo que me muero, así con esta enfermedad no creo que dure mucho, que me regresen a mi hogar. Es ahí donde me siento segura y satisfecha”, finalizó doña María.