Futuro 21, iniciativa presentada por el PRD hace dos meses, celebrará este sábado su primera asamblea nacional, uno de los pasos para constituirse como partido político y ser la nueva piel del perredismo, la cual ya aglutina a militantes y a políticos externos convencidos de generar un frente común contra el gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
El proyecto, lanzado el 23 de junio pasado, hará público su Manifiesto por la República, un documento que considera 10 realidades de la vida nacional y 12 resolutivos. Buscará formar candidaturas independientes que derroquen la hegemonía que ha conseguido Morena en ambas cámaras del Congreso.
El esfuerzo es liderado por la Dirección Nacional Extraordinaria del sol azteca, integrada por Ángel Ávila, Fernando Belaunzarán, Karen Quiroga, Camerino Márquez, Estephany Santiago, Adriana Díaz y Arturo Prida, pero cuenta con el impulso de perredistas históricos y cuadros disidentes del PRI.
Destacan los expresidentes del sol azteca Jesús Ortega, Jesús Zambrano y Guadalupe Acosta; los expriistas José Narro y Beatriz Pagés, y algunos exligados al PAN, como Rubén Aguilar, quien fue vocero de Vicente Fox en la Presidencia. También, militantes de izquierda como Cecilia Soto, Tere Vale y el excoordinador del extinto partido mexiquense Vía Radical, Irak Vargas, así como del extinto partido Nueva Alianza, como el excandidato presidencial Gabriel Quadri y la excandidata a jefa de Gobierno de la Ciudad, Purificación Carpinteyro.
En entrevista con EL UNIVERSAL, Ángel Ávila Romero negó que Futuro 21 sea la válvula de escape de un PRD que se desmoronó con los resultados electorales de 2018.
“Tenemos una preocupación legítima por generar contrapesos para que, en las elecciones de 2021, Morena no siga avasallando en la Cámara de Diputados”, declaró.
Ávila Romero no descartó que Futuro 21 pueda ser el nuevo rostro del PRD, pero que eso habrá de decidirse luego de que el partido resuelva la renovación de su dirigencia nacional, para lo cual, la próxima semana entregarán el nuevo padrón de afiliados al Instituto Nacional Electoral (INE), como requisito para que pueda organizarles las elecciones de los nuevos consejeros nacionales.
“Tenemos que ver cómo avanzan las cosas (…) Las decisiones, sobre todo, tienen que ser consultadas con la militancia. El PRD ya no puede discutir sólo hacia dentro del partido ni con los líderes, queremos ser una fuerza más amplia”, afirmó.
Beatriz Pagés, quien formó parte del equipo que integró el Manifiesto por la República, no descarta ser una de las candidatas no afiliadas al PRD que impulse esta nueva plata
“Si se trata de ser una candidata para defender lo que en este momento me interesa proteger (…) le entraría. No se trata de tomar decisiones a capricho, hay que preguntar a la ciudadanía qué quiere”, dijo.
Respecto a los perredistas que integrarán el esfuerzo, la exsenadora Angélica de la Peña mencionó que han dejado atrás las posturas políticas que se reflejaban en la pertenencia a las tribus (corrientes de opinión dentro del partido que en épocas más recientes los dividió).
“La reestructuración del sistema de partidos nos lleva a todos a tomar decisiones a partir de una nueva realidad. No tiene ningún sentido trasladar formas de organización como las del PRD, ahora estamos frente a otras necesidades”, anunció.
Hubo tribus que sobrevivieron al declive del PRD y aún se expresan en la organización. Las personalidades más destacadas del perredismo son las que fueron integrantes de Nueva Izquierda: Ángel Ávila, Jesús Ortega, Angélica de la Peña, Jesús Zambrano y Verónica Juárez, coordinadora de la fracción perredista en la Cámara Baja.
De la corriente Galileos se mantiene Fernando Belaunzarán y Guadalupe Acosta; de Vanguardia Progresista, Karen Quiroga y el no militante, pero coordinador de los perredistas en el Senado, Miguel Ángel Mancera, exjefe de Gobierno.
El manifiesto considera indispensable construir “sinergias entre ciudadanos para la defensa de la institucionalidad democrática que emana de la Constitución, frente a la actitud autoritaria y populista del presidente López Obrador”.
Además, acusa al gobierno federal de “despreciar a los organismos autónomos, imponer un presidencialismo autoritario, centralista y clientelar, [y] negociar la amnistía con la delincuencia organizada”.
La nueva organización se comprometerá, según su manifiesto, a garantizar el Estado laico, fortalecer instituciones democráticas, apoyar la ciencia y la investigación, y propagar la solidaridad.