Carlos Zamarripa Aguirre, fiscal general del estado, informó que se tendría identificado al autor intelectual, así como a algunas personas que habrían participado en la elaboración de la bomba-regalo que explotó y causó la muerte de dos personas y lesiones a cinco más la noche del domingo pasado en el restaurante Barra 1604, en Salamanca.

“Hemos establecido ya algunas posibles identidades de las personas que pudieron estar tanto en la parte material del atentado, me refiero al traslado de este artefacto explosivo, y también a las que tuvieron que intervenir para la elaboración del mismo y, por supuesto, el que ideó el poder llevar este ataque hacia esta persona”, precisó el funcionario.

Por su parte, la secretaria de Gobierno del estado, Libia Denisse García, señaló que se encuentran muy avanzadas las investigaciones de la explosión que ocurrió en el exterior del negocio ubicado en la avenida Faja de Oro, para que los responsables sean llevados ante la justicia.

Hecho no aislado

El uso de materiales explosivos en hechos delictivos como el registrado en el restaurante Barra 1604, comenzó en diciembre de 2019 en el estado con la explosión de un “coche bomba” en Irapuato.

David Saucedo Torres, experto en temas de Seguridad Pública, resaltó siete hechos en los que grupos criminales utilizaron explosivos en los últimos 32 meses en Guanajuato, entre los que sobresale el ocurrido el domingo por un perfeccionamiento de las técnicas para elaborar, instalar y hacer detonar una bomba.

Explicó que fue una bomba que tuvo una precisión milimétrica para asesinar a las personas marcadas como objetivos.

Difirió del discurso oficial que calificó la detonación de un “regalo bomba” como un hecho ais- lado, pues ha habido artefactos explosivos que se han lazando a locales comerciales; un caso más fue la explosión de otro “carro bomba” en Celaya, el 8 de marzo de 2020, en las instalaciones de la feria, a unos pasos del cuartel de la Guardia Nacional.

“Estas tácticas de narcoterrorismo, dentro de las que se incluyen los narcobloqueos o los multihomicidios, no son nuevas”, dijo Saucedo.

Comentó que lo que distingue el hecho del domingo pasado de otros, es la contundencia en el mensaje que los autores querían mandar, pero sobre todo la perversión: aprovechar el onomástico de una persona para tenderle una emboscada con una bomba, como en las películas.