Autoridades mexicanas están instando a los haitianos en la frontera con Texas que intentan llegar a Estados Unidos a que se rindan y regresen a su zona limítrofe con Guatemala para pedir asilo, incluso mientras crece el descontento por el trato que reciben los asediados migrantes.
Hasta 14,000 personas, en su mayoría haitianos, acamparon al norte de Río Grande a principios de este mes, pero muchos cientos se retiraron a México después de que funcionarios estadounidenses comenzaron a enviarlos en aviones de regreso a Haití.
El jueves, el enviado especial de Estados Unidos para Haití renunció en protesta por las deportaciones de migrantes efectuadas por la administración de Joe Biden a la nación caribeña, sacudida por el asesinato de su presidente, la violencia de las pandillas y los desastres naturales.
Esto ocurrió tras la indignación generalizada que provocaron las imágenes de un guardia fronterizo estadounidense a caballo desplegando una soga similar a un látigo contra los migrantes haitianos que eran perseguidos cerca de su campamento.
Sin embargo, también crece la presión sobre el presidente de Estados Unidos, Biden, para que refuerce la frontera, y el Instituto Nacional de Migración (INM) de México está comenzando a devolver a los migrantes a la ciudad de Tapachula, en el sur nacional, para que puedan presentar solicitudes de asilo allí.
“No los estamos sacando fuera del país”, dijo a Reuters el director del INM, Francisco Garduño. “Sí los estamos retirando fuera de la frontera con el fin de que no causen problemas de higiene y hacinamiento”.
Los haitianos que hicieron el peligroso y costoso viaje de Guatemala a Ciudad Acuña, en la frontera de México con Estados Unidos, son escépticos sobre los supuestos beneficios de regresar a una ciudad donde ya habían intentado sin éxito procesar las solicitudes de asilo.
Willy Jean, quien pasó dos meses infructuosos en Tapachula, dijo que si México realmente quería ayudar a los migrantes, debería permitirles hacer sus solicitudes en otros lugares.
“Tapachula es muy difícil, muy chiquitito, hay mucha gente”, le dijo Jean a un agente del INM que intentaba persuadirlo de que vuele hacia el sur. “No hay trabajo, no hay nada”.
Estados Unidos devolvió a casi 2,000 migrantes a Haití desde el campamento en Del Río, Texas, frente a Ciudad Acuña, y tomado bajo su custodia a cerca de 4,000 personas, dijo el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) el jueves por la noche.
El área de Del Río, que incluye el campamento donde las familias se han aglomerado en refugios improvisados hechos de juncos en las orillas del Río Grande, ahora alberga a unas 3,000 personas, según el DHS.
ESCASAS POSIBILIDADES
Los datos oficiales mexicanos muestran que los haitianos ya tienen muchas menos probabilidades de que se aprueben solicitudes de asilo en México en comparación con muchas nacionalidades, incluso cuando sus posibilidades están comenzando a mejorar.
El año pasado, de todas las solicitudes de asilo que se resolvieron formalmente, solo el 22% de los casos haitianos obtuvieron la aprobación, en comparación con el 98% de los venezolanos, el 85% de los hondureños, el 83% de los salvadoreños y el 44% de los cubanos. En lo que va del año, el número de haitianos ha subido al 31%.
Las solicitudes de asilo han abrumado a la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR), que está programando citas con meses de anticipación, si es que lo hace. Algunos haitianos en Ciudad Acuña dijeron que se habían ido de Tapachula porque estaban hartos de esperar.
“Básicamente se expulsa a los haitianos”, dijo Caitlyn Yates, experta en migración de la Universidad de Columbia Británica.
Papeles empapados tirados en la hierba cerca de Río Grande mostraban que un haitiano que pidió una visa humanitaria en agosto habría tenido que esperar hasta diciembre para una cita.
Diciéndoles a los migrantes que sería mejor procesar sus solicitudes antes de que los periodistas desaparecieran de Del Río y Ciudad Acuña, los agentes del INM recorrieron el campamento el jueves suplicándoles que regresaran a Tapachula.
“Les estamos dando esta opción”, dijo la funcionaria del INM, Montserrat Saldana, a un grupo de migrantes que la rodeaba. “Ustedes, los que crucen el río, van directo a Haití”.