Pacientes con COVID-19 que estaban intubados murieron el fin de semana debido a que el Hospital General de Tijuana, donde recibían atención, se quedó sin energía eléctrica.
El apagón comenzó el pasado viernes y de inmediato fue reportado a la Comisión Federal de Electricidad. La falta de energía ocasionó que los ventiladores mecánicos dejaran de funcionar, afectando a los pacientes internados por COVID.
Personal del hospital, relató a Zeta Tijuana que dos pacientes fallecieron cuando la luz se fue y otros tres presentaron complicaciones y fueron trasladados a una área donde sí había luz gracias a una planta interna.
Sin embargo, según los trabajadores, dicha planta no tenía la capacidad de brindar energía todo el hospital, por lo que esos tres pacientes también murieron.
Hasta el lunes, los cuerpos de los pacientes fallecidos continuaban dentro del hospital ya que al no funcionar los elevadores no pudieron ser trasladados al área forense.
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De acuerdo con el personal, la luz regresó por unas horas el día sábado, luego volvió a irse, y todo el domingo estuvieron sin energía eléctrica.
Aunque el reporte se hizo desde el viernes, personal de la CFE acudió al lugar hasta el domingo y el servicio se restableció este lunes a las 11 de la mañana.
El personal informó que durante los días sin luz, el hospital tenía 30 camas con pacientes COVID, de las cuales 19 estaban intubados, 12 no tenían luz, y 5 murieron.
Además de los ventiladores, el hospital reportó que el apagón provocó la descompostura del gasómetro y del equipo de laboratorio, lo cual implicó no tener servicio de análisis clínicos.
También afectó la atención de los pacientes generales y retrasó el trabajo de las y los médicos.
Los médicos reportaron a Zeta Tijuana la falta de insumos básicos para atender a los pacientes COVID, entre ellos el desabasto del medicamento Midazolam, utilizado en los pacientes conectados a un ventilador.
Hasta ahora, la CFE no ha dado un reporte sobre los motivos del apagón pero el director del hospital, Alberto Reyes Escamilla, dijo al mismo medio que pudo tratarse de una falla en la subestación eléctrica derivada de un acto de vandalismo por el robo de cableado.
En su versión de los hechos, Reyes Escamilla contradijo al personal del nosocomio al solo reconocer 3 de las 5 muertes y asegurar que no se debieron a la falta de energía.
Aceptó que la energía de su planta no es suficiente para abastecer todo el edificio.
Por su parte, el secretario de Salud de Baja California, Alonso Pérez Rico, señaló que la falta de luz solo se registró un día. Dijo no tener conocimiento sobre las personas fallecidas y comentó, al igual que Reyes Escamilla, que todos los ventiladores tienen una batería interna para este tipo de casos que dura alrededor de 4 horas, por lo que ninguno dejo de funcionar.
Con información de Zeta Tijuana.