El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) consideró que el Plan de Negocios 2021-2025 de la CFE no considera las inversiones en tecnologías renovables, ni se enfoca en reforzar sus monopolios legales: los servicios públicos de transmisión y distribución eléctrica; sino que se enfoca en expandir la capacidad de generación de la empresa a partir de centrales de ciclo combinado.
A través de un comunicado, señaló que la estrategia de negocio está centrada en la generación de electricidad con centrales propias y no considera que la empresa puede acceder a energía más asequible a partir de las subastas de largo plazo. Asimismo, que no hay claridad respecto a las inversiones mismas en centrales de generación, como capacidad instalada por central.
El documento del IMCO propone una ruta crítica para alinear las inversiones de la CFE hacia las áreas donde la empresa tiene mayores oportunidades de negocio y puede generar un mayor valor social.
–IMCO Analiza: Plan de Negocios de la CFE 2021-2025
Los apagones del 28 de diciembre de 2020 que afectaron el suministro eléctrico de 10.3 millones de usuarios del país, así como aquellos registrados en la península de Yucatán a inicios de 2019 reflejan la necesidad de abrir un debate sobre las decisiones de inversión de la Comisión Federal de Electricidad (CFE). Son, además, un reflejo del papel central que juega la política energética en la vida diaria de los mexicanos.
Afirmar que fueron causados por la generación renovable y usarlos como pretexto para arremeter contra estas centrales no sólo representa un retroceso histórico para la transición energética y posiblemente una violación a la ley, sino que implica ignorar el problema de fondo: la falta de planeación y de inversión en transmisión eléctrica para favorecer áreas donde la empresa pierde recursos como la generación.
Las empresas eléctricas, públicas y privadas, pueden invertir sus recursos en cinco grandes áreas: Generación, Transmisión, Distribución y otros servicios (p. ej. la comercialización de combustibles).
El 8 de diciembre de 2020 el Consejo de Administración de la CFE aprobó durante su 40° sesión ordinaria el Plan de Negocios de la empresa correspondiente al periodo 2021-2025. En línea con el objetivo de alcanzar una participación del 54% en la generación total de energía en el país hacia 2024, dicho plan contempla la constitución de un fideicomiso maestro de inversión con recursos propios provenientes de las utilidades actuales y futuras de la filial CFEnergía, así como con recursos de emisiones de FIBRA E para la construcción de ocho nuevas centrales de generación (seis centrales de CC y dos centrales de turbogas –CTG–) entre 2020 y 2024 por un monto total estimado de 64 mil 26 millones de pesos (mdp):
Aero González Ortega (CTG)
Baja California Sur (CC)
González Ortega (CC)
Mérida (CC)
Riviera Maya – Valladolid (CC)
San Luis Río Colorado (CC)
Tuxpan fase 1 (CC)
Unidades Turbo Gas Aeroderivadas (CTG)
En el Plan de Negocios se consideran también seis proyectos de inversión en generación por un monto de 52 mil 343 mdp, aunque de forma indicativa pues trascienden el periodo de análisis de dicho plan (se realizarían entre 2026 y 2027):
Arreglo 2x2x1 en la central termoeléctrica Salamanca
Arreglo 1x1x1 en la central termoeléctrica Francisco Pérez Ríos
Baja California IV (Cerro Prieto) (CC)
Norte IV
Presidente Juárez (CC)
Proyectos de energías renovables
El Plan de Negocios de la CFE prioriza inversiones en áreas donde la CFE no es eficiente. En el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2021 se estima un gasto de inversión física de la CFE de 49 mil 323 millones de pesos (cifra que representa el 12% del presupuesto consolidado de la empresa), de los cuales 16 mil 482 millones de pesos corresponden a pagos de amortización de 127 Pidiregas y 32 mil 841 millones de pesos para inversión física. A partir de los costos unitarios de inversión por tipo de tecnología reportados en el Programa de Desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional (Prodesen) 2018-2032, con dichos recursos sería posible construir centrales con las siguientes capacidades instaladas: ciclo combinado (mil 467 MW), eólica (mil 44 MW) y solar (mil 443 MW).
Estas capacidades son equivalentes a 1.7, 1.4 y 0.7 veces las capacidades que, de acuerdo con el Prodesen se instalarán en 2021 para cada tipo de tecnología, respectivamente. Es decir, haciendo un uso distinto de la misma cantidad de recursos se obtendrían mejores resultados.
Por otra parte, aunque la CFE tiene la capacidad para construir nueva infraestructura de generación, desde un punto de vista de rentabilidad, una inversión de esta naturaleza sería ineficiente y representaría un mal uso de sus recursos pues la empresa puede adquirir electricidad cada vez más barata a través de las subastas de energía de largo plazo o de licitaciones con los PIE, como lo ha hecho en años anteriores, sin incurrir en los gastos que implicaría construir, operar y mantener la infraestructura para producir dicha energía de forma directa. Todas las subsidiarias que operan centrales de generación de la CFE registraron pérdidas en 2019 (sin contar CFE Generación V que administra los contratos con los PIE).
En el caso específico de la transmisión de energía eléctrica, la CFE ha invertido recursos consistentemente menores a los estimados a lo largo de los últimos años a pesar de representar un área de negocio rentable que le genera utilidades y que es fundamental para garantizar el suministro de energía eléctrica para la población. De acuerdo con el Prodesen 2016-2030, entre 2016 y 2021 la inversión estimada de la CFE para la ampliación y modernización de la RNT era de 128.2 mmdp (un promedio anual de 21.4 mmdp). No obstante, durante esos seis años, la inversión promedio anual fue, de acuerdo con los presupuestos de egresos de esos años, de 6.4 mmdp; esto es, menos de una tercera parte de la cifra estimada originalmente.
Por último, al generar energía a costos considerablemente más altos que el sector privado, la CFE incrementaría los costos de este insumo para los consumidores finales. En ese sentido, el Gobierno federal se vería presionado para mantener e incluso incrementar el subsidio a las tarifas eléctricas que otorga a los usuarios finales de los sectores doméstico y agrícola vía la CFE para mantener las tarifas sin cambios, con las implicaciones que ello tendría para las finanzas públicas del país en un contexto de crisis económica (solo para 2021 se destinaron en el PEF 70 mil millones de pesos –mmdp– para el subsidio a las tarifas eléctricas).
Por ello, en lugar de que la CFE continúe con sus planes para ampliar su capacidad de generación de energía mediante la construcción de nueva infraestructura y la adquisición de centrales, reflejado en el Plan de Negocios 2021-2025, el IMCO propone:
Reactivar las subastas de largo plazo de energía eléctrica.
Priorizar las inversiones áreas de negocio donde la CFE genera utilidades y/o con mayor potencial futuro.
Fomentar la competencia en el suministro básico de energía. El suministro básico es uno de los negocios no regulados de la CFE, junto con la generación.
Minimizar el riesgo de subsidios cruzados entre subsidiarias de la CFE. Establecer competencia en el suministro básico tiene como condición indispensable identificar los subsidios cruzados que se puedan dar entre las subsidiarias de la CFE.