Para la exlideresa nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI) Dulce María Sauri Riancho, el tricolor “debería pedir perdón a los mexicanos”, porque no supo entender los cambios ni las demandas de la nueva sociedad y cometió errores actuando como hace 40 años.
“Si no hay perdón, no habrá redención, por lo que el PRI debería dar amplias, concretas y sentidas disculpas”, afirmó a EL UNIVERSAL la actual diputada federal.
Declaró que el partido ha sido una organización que creó muchas instituciones, logró evoluciones, desarrollo y crecimiento, “eso es una realidad”.
Sin embargo, resaltó, el partido también “cometió errores que para la gente no pasaron desapercibidos, por lo que en el proceso electoral de hace dos años dijo: ‘Basta’ y emitió su sufragio por el cambio”, en referencia al proyecto del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Un ejemplo de esas equivocaciones, expuso, fue que el PRI no pudo mantener un noble y respetado organismo como el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) para que diera un mejor servicio y una amplia cobertura, que es lo que exigía la ciudadanía.
La exgobernadora de Yucatán señaló que el priismo logró que el pueblo mexicano le devolviera la confianza con sufragios en 2012. No obstante, precisó, aunque el gobierno del expresidente Enrique Peña Nieto fue un gran reformador en lo económico, no lo fue en lo político, “y ahí estuvo el error”.
Sauri Riancho comentó que el Revolucionario Institucional no supo entender los cambios que vivía la ciudadanía y actuó como si lo hiciera hace 40 años, creyendo que el partido se mantendría por estar estructurado, organizado y que continuaría teniendo victorias, pero no fue así.
La legisladora sostuvo que el pedir perdón es porque “no supimos entender lo que la nueva sociedad mexicana quería, por no asumir las responsabilidades que significa tener una confianza restaurada, pues en el año 2012 la gente le volvió a dar la confianza al PRI y no lo entendimos”.
Falta contrapeso. Por otro lado, la exmandataria de Yucatán señaló que lamentablemente pareciera existir un “virus” en los políticos que luego tiene condiciones para reproducirse, sobre todo cuando no hay contrapesos.