El gobierno federal reconoció que el operativo para capturar a Ovidio Guzmán el pasado 17 de octubre en Culiacán, Sinaloa, fue un “tropiezo táctico” y que se decidió la retirada y liberación del narcotraficante, cuando ya había sido detenido, por una “razón de Estado”.
“En la decisión de retirarnos del inmueble ya controlado en el que se encontraba el presunto delincuente privó una razón que, de tan profunda, se convierte en razón de Estado: la salvaguarda de la vida e integridad física de aquellos que no figuraban entre los beligerantes”, argumentó este miércoles el secretario de Seguridad, Alfonso Durazo.
El secretario de la Defensa Nacional, el general Luis Cresencio Sandoval, dio una amplia explicación del operativo que las fuerzas federales, encabezadas por un grupo especial del Ejército Mexicano, planearon para dar cumplimiento a una orden de aprehensión con fines de extradición en contra de Guzmán, solicitada por el gobierno de Estados Unidos.
Durazo, quien en un principio indicó que la detención, que generó una violenta respuesta de los miembros del “Cártel de Sinaloa”, se había dado de manera fortuita, reconoció que la información era equivocada.
“No había la información suficiente, pero aquí lo importante es que se rectificó”, indicó el presidente Andrés Manuel López Obrador en la presentación del informe.
Expertos en seguridad consideraron que el gobierno federal justificó errores en el operativo.
A su vez, diputados aplaudieron que se transparentaran los hechos. El presidente de la Comisión de Defensa, el priista Benito Medina, sostuvo que desde el punto de vista militar se tomó “la decisión correcta” y fue “una operación exitosa”. Para Marko Cortés, dirigente del PAN, “el gobierno no debía doblegarse”.