El inmigrante mexicano Onoval Pérez Montufa, de 51 años y que estaba bajo custodia del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) de Estados Unidos, falleció el domingo a causa del coronavirus en un hospital de Florida, según informó esa agencia.
Pérez fue internado en un hospital del sur de Florida desde el 1 de julio cuando, según el ICE, mostró dificultades para respirar en el centro de detención del Condado Glades, en Clewiston, una instalación operada por la jefatura de la policía local y que el ICE usa para confinar inmigrantes a la espera de deportación. El ICE señaló que el 2 de julio la prueba de Pérez para la detección del coronavirus arrojó resultado positivo.
Según esa institución, hasta el 10 de julio 13.562 de los 22.835 inmigrantes confinados en distintos centros de detención en todo el país habían sido sometidos a la prueba de detección del coronavirus, con resultados positivos en 3.090 personas. La agencia tenía bajo su custodia a 949 personas con resultado positivo y fueron puestas bajo observación o aisladas.
De acuerdo con las autoridades, el ICE detuvo a Pérez el mes pasado cuando el hombre completó 12 años de una sentencia de 20 años de prisión a la que fue condenado en 2008 por tráfico de cocaína. El hombre estuvo bajo custodia federal en el Centro Médico de Massachusetts, donde están confinados los detenidos que requieren asistencia médica y psicológica especializada, pero el ICE no dio detalles de los problemas de salud que Pérez haya tenido antes. Según la agencia, Pérez quedó “sujeto a la detención obligatoria”, una estipulación de la ley de inmigración que requiere la detención de extranjeros, aun si son residentes legales en Estados Unidos, que hayan cometido ciertos crímenes, a fin de tramitar su deportación. Pérez es el tercer inmigrante que fallece debido a la COVID-19 estando en custodia del ICE.
El primero fue el salvadoreño Carlos Ernesto Escobar Mejía, de 57 años y quien se encontraba bajo custodia de la agencia federal en San Diego, y el segundo fue el guatemalteco Santiago Baten Oxlaj, de 34 años, que estaba recluido en el Centro de Detención de Stewart, en el sur de Georgia. Desde hace semanas, activistas y grupos de defensa de los derechos civiles han alertado del peligro que corren estos detenidos, que en su mayoría no ha cometido ningún crimen violento, y han pedido al ICE que los libere. Y ya sea por razones médicas u órdenes judiciales, la agencia federal ha ido reduciendo la ocupación de los centros de detención, que a inicios de mes estaba en 22.579 reclusos, cuando la media diaria en el año fiscal de 2019 fue de 50.165 inmigrantes.