Al atardecer del 26 de septiembre de 2016, los nombres del papa Francisco y de San Francisco de Asís, atados en su compromiso de entrega a los pobres y de humildad extrema, resonaron con fuerza en una plaza de Cartagena de Indias en la que ese día se firmó la paz de Colombia.
En aquel escenario el presidente Juan Manuel Santos agradeció al Pontífice porque sus “mensajes y oraciones animaron siempre nuestro camino hacia la paz”.
El comandante Rodrigo Londoño, jefe de las todavía Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), se refirió allí mismo al santo italiano. “Recordando a San Francisco de Asís, debemos repetirnos que cuando se nos llene la boca hablando de paz, debemos cuidar primero de tener nuestros corazones llenos de ella”, afirmó.
Aunque fue un momento crucial de la vida política de los colombianos para acabar con más de 52 años de conflicto bélico, la realidad socioeconómica que recibirá hoy a Francisco en Colombia es la de un país que todavía sufre los males de una aguda desigualdad, que fue justo el detonante para que en 1964 estallara la guerra de guerrillas.
“Colombia es un país inequitativo, donde las enormes riquezas están en manos de unas pocas personas y la inmensa mayoría de los colombianos no tienen acceso a esa riqueza”, dijo el cardenal colombiano Rubén Salazar. “Ese es el principal mal del país”, recalcó, en una entrevista con el periódico El Tiempo, de esta ciudad, al lamentar que “es un país excluyente, donde los colombianos no nacen todos con las mismas oportunidades (…) Desde el principio, desde la cuna, hay diferencias”.
En un informe que en agosto pasado entregó a EL UNIVERSAL, el gobierno de Colombia señala que hay una baja en la incidencia de pobreza de 2010, cuando Santos asumió, a 2017. En 2010, con 45.5 millones de habitantes, la pobreza golpeó al 30.4% o 13.8 millones de colombianos, mientras que en agosto de 2017, con 49.3 millones de pobladores, se ubicó en 17.8% u 8.7 millones de personas. La reducción es de 5.1 millones en los datos de miseria.
Sin embargo, un recuento del periodo 2014-2016 de la Organización de Naciones para la Alimentación y la Agricultura (FAO) reveló otro dato contundente: 4.4 millones de personas, lo que equivale al 7.10%, están subalimentadas.