¿Qué pasó con los otros miembros de la macabra “familia” liderada por Charles Manson?

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Dos noches de violencia le bastaron a Charles Manson y a los miembros de su “familia” para convertirse en una metáfora perfecta del mal de alcance mundial.

En una espiral de violencia durante el 8 y el 9 de agosto de 1969, varios de los integrantes de una secta que se conocía como la “Familia Manson” asesinaron en Los Ángeles, California, a siete personas, incluida a la actriz Sharon Tate, esposa del famoso director de cine Roman Polanski.

Tate, quien para entonces tenía ocho meses de embarazo, fue apuñalada 16 veces, cuando intentaba huir de la masacre.

La noticia sacudió al mundo sobre todo por la sevicia de los actos.

Patricia Krenwinkel trabajaba como secretaria cuando conoció a Charles Manson y, de acuerdo al diario The New York Times, a los tres días dejó su empleo y se unió a la secta.

Krewinkel fue uno de los rostros visibles durante el juicio que se llevó a cabo en contra de los miembros de la organización, especialmente por la manera en que se vestía con vestidos brillosos y ornamentados, como de fiesta, junto a las otras dos mujeres del clan, con quienes llegaba siempre tomada de la mano.

De acuerdo a los testimonios durante el juicio, Krewinkel mostró su crueldad especialmente en los crímenes del matrimonio de Leno y Rosemary LaBianca, ocurridos a la noche siguiente de la masacre en la residencia Polanski-Tate.

Allí la exsecretaria escribió, con la sangre de las víctimas, la frase “Muerte a los cerdos” sobre las paredes de la residencia.

Fue sentenciada a cadena perpetua en 1972 y, al igual que Atkins, sufrió una transformación tras las rejas.

Según le dijeron al diario Los Angeles Times,los guardias de la cárcel para mujeres de Corona, California, donde está recluida, ella es una “prisionera modelo que está involucrada en programas de rehabilitación”.

Tiene 69 años y le han negado la libertad condicional en 13 ocasiones.

Leslie Van Houten

Fue uno de los miembros de la familia Manson que no estuvo en la masacre de la residencia Tate-Polanski.

Pero sí fue llevada por el propio Manson a la residencia del matrimonio LaBianca, la noche siguiente. Y de acuerdo a los testimonios escuchados durante el juicio, Van Houten fue hallada culpable del delito de conspiración para matar.

En los documentos se puede leer cómo Van Houten sostuvo a la mujer de la pareja, Rosemary, para que otro miembro de la familia la apuñalara varias veces. Por este hecho fue condenada a cadena perpetua en 1972.

Se encuentra en la prisión de mujeres de Corona, California.

Durante las audiencias de solicitud de libertad condicional ha dicho que se arrepiente “de haber hecho parte de esos horrendos crímenes”.

Charles “Tex” Watson

embarazada de 8 meses cuando fue asesinada en la casa que tenía alquilada en Bel Air, Los Ángeles.

Los relatos son claros: Manson pensó los asesinatos. Watson los ejecutó.

Después de unirse a la secta en 1966, se convirtió en el asistente de Manson. Estuvo presente en los crímenes tanto de la casa de Tate como en la de los LaBianca.

Tras los asesinatos, huyó hacia Texas, donde finalmente fue capturado. Al igual que sus compañeros de culto, Watson fue condenado a muerte, pero su sentencia fue cambiada por la de cadena perpetua en 1972.

Y en la prisión no perdió el tiempo: se convirtió en ministro de una iglesia cristiana, se casó, se divorció y tuvo cuatro hijos.

Desde 1973, dos años después de ser ingresado a prisión, no se ha reportado ninguna queja disciplinaria en la cárcel de Mule Creek donde reside.

Pero a Watson, quien tiene 71 años, también se le ha negado la libertad condicional en reiteradas ocasiones: 17 veces.

Linda Kasabian

Tenía 20 años cuando junto a los otros miembros de la familia se acercó a la casa de Sharon Tate en la noche del 8 de agosto de 1969.

Sin embargo, fue asignada a quedarse en el carro en que se transportaban los asesinos, en las afueras de la casa, porque era la única que tenía licencia de conducir.

De acuerdo a su testimonio, Kasabian intentó detener la masacre una vez se dio cuenta de lo que estaban haciendo sus compañeros.

La mujer fue clave durante el juicio al clan de Manson. Relató los hechos como habían ocurrido, desde un lugar de testigo privilegiado como pocos, y por esto logró inmunidad.

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