Una serie de auditorías revelaron que las compañías de la familia San Román no fueron evaluadas de acuerdo a las normas y que cometieron irregularidades administrativas.
Las empresas Constructora Urbanizadora Ixtapan e Inmobiliaria Club de Golf Ixtapan, ambas propiedad de la familia San Román, recibieron contratos gubernamentales sin cumplir con todos los requisitos que se estipulan en la legislación mexicana.
El diario estadounidense The Wall Street Journal dio a conocer que el todavía presidente de la República, Enrique Peña Nieto, adquirió una casa en Ixtapan (propiedad de la familia San Román) durante su primer año como gobernador del Estado de México. Dicha familia ganó contratos en la entidad por más de 107 millones de dólares durante la administración de Peña.
Por estos hechos, el secretario de Comunicaciones, Gerardo Ruíz Esparza, dijo el 20 de abril de 2015 que ordenaría una auditoría sobre el caso. El ejercicio se realizó, sin embargo, los resultados de dichas indagatorias no se hicieron públicas hasta ahora.
Las empresas señaladas tienen como principal accionista a Roberto San Román Dunne, hijo de San Román Widerkehr, padrino de primera comunión de Paulina Peña Pretelini, hija mayor de Enrique Peña Nieto.
Las empresas de San Ramón obtuvieron dos contratos: el primero de ellos por la construcción del paso a desnivel La Pilla, ubicado en la carretera México-Toluca, que de acuerdo a lo auditores tuvo errores de planeación, programación y presupuesto.
“En un inicio se planteó finalizar proyecto por un contrato de 78 millones de pesos, pero se encareció en 43 millones de pesos”, la auditoría detectó que la empresa sólo acreditó la construcción de 43 km de carretera, pero se le pagaron por 50 km.
El segundo contrato fue por el mejoramiento de la carretera Toluca-Taxco. Se le otorgó la licitación a pesar de que la propuesta con menor costo fue presentada por MM Obra Civil Integral. En este caso, los auditores indicaron que no se comprobó el gasto de 6 millones 570 mil pesos, además de que la declaración fiscal se realizó 10 días después de la firma de contrato.
El tiempo de construcción tuvo que ser ampliado, sin multa alguna, pues la empresa de la familia San Román entregó fuera de tiempo la fianza de anticipo.
Cabe destacar también que Aristegui Noticias documentó que en octubre de 2016, una empresa de Ricardo Arturo San Román Dunne vendió al doble de precio un sistema de barreras móviles a OHL para el Viaducto Elevado: la maquinaria fue vendida desde EU a 240 millones de dólares y en México se pagaron 485 millones de dólares y que los recursos fueron entregados por el gobierno de Peña Nieto en el Estado de México.
