Los linchamientos, ejecuciones, asalto a mano armada, feminicidios y otras agresiones se deben a la ineficacia de la autoridad competente en la prevención del delito, estos actos cada vez son más frecuentes a consecuencia que en muchos de los casos no hay una pronta intervención policiaca y a la falta de una aplicación justa de la ley.
De acuerdo al Catedrático en Derecho de la UNAM, Santos Montes Leal los ajustamientos por parte de la población son más cotidianos e incluso la misma autoridad desdeña este tipo de actos y los minimiza, al no castigar a los responsables del delito cometido y de aquellos que hacen justicia por su propia mano.
Cuando delincuente de robo de piezas automotrices es detenido más rápido es sentenciado, mientras que un criminal, integrante de un grupo organizado tardan más de un año en procesarlo; ambos son ingresados al mismo penal e igual celda, es decir aquel que robo un tapón de llanta de automóvil aprende las “malas mañas” de su compañero de celda y cuando sale “perfecciona” los delitos, abundó.
Hay casos en que los jueces pueden sentenciar a los presuntos delincuentes de una forma sencilla y rápida, sin embargo ante la tardía del caso obliga a los familiares del indiciado a tener que ofrecer dinero para agilizar el caso o evitar una sentencia grande a los presuntos.
Montes Leal, señaló que al ingresar a un penal los sentenciados de algún robo no tan grave, son enviados a las galeras junto con aquellos que cometieron un delito grave como homicidio, secuestro, feminicidio u otro delito, lo que provoca una “contaminación” de reos que a la larga los convierte iguales de peligrosos, incluso no hay programas de readaptación social al interior de las cárceles son “letra muerta”.
La ineficiencia de las autoridades policiacas ocasiona que en algunos casos que cada día son más frecuentes la gente tome la justicia por su propia mano o porque al momento de ser detenidos los presuntos y son enviados ante la autoridad correspondiente son liberados a la brevedad posible sin recibir su castigo, por lo cual la ineficiencia no previene delito al contrario lo impulsa, concluyó el Abogado Penalista.